Fragmento:
Treinta años llevamos de charla y de clamoreo, y no es esta la primera vez
que invitamos al orbe entero, a venir a disfrutar de los óptimos frutos de
nuestro paraíso, sin habernos ocupado, como deberíamos haberlo hecho, en
preparar la casa, y a esta no podemos decir como el ama de casa. ¨Está Listo¨.
Del modo que se expresa María, dirán algunos, debemos cera las puertas a
los u voluntariamente lleguen, o por lo menos, se propondrá disuadirlos de
venir a fijarse en el país. De ningún modo: a todos, según , lleguen debemos
recibirlos con los brazos abiertos, facilitándoles el modo de encontrar
trabajo, para que más tarde no tengamos que llamarlos vagos; hacerles justicia
cada vez que la necesiten; proporcionarles el modo de educar sus hijos,
suponiendo que no sean tan indolentes que esperen a que los maestros se formen
por si mismos sin que antes se tome uno el trabajo de formarlos; a aproximarles
las iglesias, para que-cuando las necesiten- no tengan que hacer diez leguas de
caminos; y por último, hacer por ellos todo lo que debemos hacer por nosotros,
y en lo cual aún no hemos comenzado a pensar.
No me propongo disuadir a nadie de que venga a vivir al país. Lo que me
propongo es que nadie venga bajo impresiones falsas, erróneas. Cada individuo
que llegue puede considerarse como un verdadero agente de inmigración. Si le va
bien, no los apuréis, que él lo participará a sus parientes y amigos; pero si
le va mal, es inútil que gastéis papel y tinta en hacer pomposos artículos en
los periódicos, pintando el país como otro Edén, que por el mismo correo que
enviáis vuestro periódico ira la carta privada del recién llegado, en la cual
os desmentirá sin reparo alguno.
El mejor modo de engañar es con moneda de buena ley. Hagamos, pues, de modo
que a todos los que leguen les vaya bien, para lo cual hay que arreglar el país
de tal suerte, que a cada uno de nosotros mismos nos vaya igualmente bien. Si
por el contrario los tratamos a ellos como nos estamos tratando a nosotros
mismos, y no podrían exigir más, cada uno de nuestros huéspedes escribirá a sus
paisanos que no vengan, por más que nos esforcemos en pintarles pajaritos.
Durante la dominación haitiana se decía que la inmigración de Europa no afluía
la país, porque tanto las leyes como la índole de los habitantes favorecía
hasta lo sumo la inmigración de la gente de color, y ésta tampoco venia.- Las
leyes de República Dominicana han sido siempre favorables a los extranjeros, y
lo mismo puede decirse de la índole de los habitantes; ¿y de que nos ha
servido?- De nada: el país nada da de sí, y por más que lo encomiemos se hacen
sordos, porque nadie es mejor juez para sus propios intereses que uno mismo.
Ya este sistema se ha ensayado diferentes veces en el país sin éxito
alguno. Cuando el inteligente y astuto cura Valverde vio que la parte española
de la isla decaía a causa de la emigración de sus moradores hacia el continente
suramericano, a donde iban en busca de lo que aquí no teníamos, se le metió al
pobre hombre en la cabeza la idea de escribir una reseña de la isla, y haciendo
de su fecunda imaginación una barra mágica, la cual otro Moisés, hizo brotar
aquí los repollos de oro, allí montañas de esmeraldas, más allá el precioso lapislázuli;
por si solo habría bastado para hacer de estas comarcas un nuevo Potosí; y el río
Pedernales arrastraba diamantes a guisa de guijarros. Trabajo en vano: ni siquiera
el cuentecillo del lechón servido en un tablón de oro macizo pudo persuadir a
esas gentes de la Península. Los pobladores de la Isla sabían también por que se
había esta despoblado; y los europeos sabían también por qué debían dar la
preferencia al Continente.
Cuando el Gran Convenio o la ¨Gran Ganga¨ titulada anexión americana,
hicimos cuanto estuvo de nuestra parte para hacer creer a los astutos yankees
que la ¨luna era de queso¨; ¡que tratantes ni que gitanos lo habrían hecho
mejor! Todo en vano.
¿Qué haremos, pues, hermanos y hermanas mías, que yo también quiero que me
civilicen y me hagan prosperar? Qué haremos, para que algún día podamos ver en
nuestro país todas esa maravillas de que os hablaba al principiar este
articulo?- Escuhad: lo primero – entre todas las casas - es barrer la casa,
para lo cual debemos arreglar de antemano el lugar donde debemos ir depositando
la basura. En mi lenguaje figurado, alegórico, simbólico, o como quiera
llamársele, está la representan los señores ladrones, asesinos, y toda surte de
gente non sancta, y el deposito es la penitenciaría.
Luego seguiremos nuestro trabajo, amueblando el gran hotel donde se han de
alojar nuestros inmigrados, dotándolo con uno de los principales muebles: una
recta administración de justicia.
Como el lujo no perjudica a los hoteles, por lo que llama la atención de
los extranjeros, adornaremos el nuestro
siquiera con algunos centenares de escuelas, para lo cual será indispensable la
creación, prontito, de algunas escuelas normales, en la suposición de que para
entonces no se sabrá aun descubierto el modo de establecer escuelas sin
maestros.
Estimularemos, desarrollaremos, fomentaremos y todos los demás frutos que
sean del cao, y prontito, el espíritu de asociación, principiando, como cosa
esencialísima para hacer mover es mole tan pesada, por fabricar una palanca
cuyo bazo sea bien largo, el periodismo.- Ya sabéis el refrán ¨los mejores
sermones no valen nada, si son predicados en desierto¨.
Escritos / Ulises Francisco
Espaillat.1909. Sociedad Dominicana De
Bibliófilos Inc. Santo Domingo República
Dominicana. 1987.
No hay comentarios:
Publicar un comentario