Obra:
Busto / Prats Ventós.
A MANERA DE PRESENTACIÓN
Este es un libro de extrema sensibilidad al ponernos en contacto con la
vida ejemplar, con una existencia para la cual la patria siempre estuvo en la
prominencia de sus responsabilidades y prioridades como progenitor espiritual y
material de un espacio nacional con escudo y bandera propios. Perenne en el
tiempo como el amor y la virtud.
La República Inmortal de Duarte es una obra que intenta abonar al saldo de
una enorme deuda de gratitud con el dominicano de mayor altura en el pedestal
del heroísmo y en el trono sublime de los próceres. Y si el agradecimiento es la
memoria del corazón, este texto es una digna memoria que recoge de corazón el
esfuerzo de instituciones y ciudadanos dominicanos en todo el país.
Estas labores, programas, eventos, presentaciones de teatro y obras
pictóricas, fueron hechas por las Fuerzas Armadas y la Fundación Patria Visual,
Inc., con superior creatividad y brotaron del alma de quienes saben que es
difícil recompensar el sacrificio y el esfuerzo de Juan Pablo Duarte en la
formación de una República Dominicana libre, soberana e independiente, llamada
a permanecer renovándose en el tiempo y
el espacio.
Obra:
El Ideólogo/ Susy Pellerano.
La historia es un juego curioso del destino que permite algunas
comparaciones. Es oportuno hacer un parangón con el hecho de que, catorce años
antes del nacimiento de Juan Pablo Duarte había llegado al mundo en Francia, el
genial escritor Honoré de Balzac, autor de la Comedia Humana, el cual vivió una
existencia de amplia producción literaria. Se recuerda que en su funeral
estuvieron presentes los máximos representantes de las artes y la
intelectualidad francesa. El panegírico fue encargado al ilustre escritor Víctor
Hugo, quien con las manos en expresión ceremonial afirmó a partir de ahora los
ojos de los hombres volverán a mirar los rostros, no de aquellos que han
gobernado, sino de aquellos que han pensado.
De la misma manera, Juan Pablo duarte como pensador fue un visionario
creador cuyas frases retumban igual que el eco de la historia en la conciencia
de la Nación Dominicana. Por eso doscientos años despeas del nacimiento, los
ojos de los hombres han vuelto a mirar su rostro para alimentarse con el néctar
divino y reivindicador y de sus ideas libertarias. En ese contexto, la
comunidad de prestigiosos artistas plásticos e intelectuales del país dejaron
con sus obras de arte exhibidas en estas páginas, su excelsa gratitud con el
gran pensador y Padre de la Patria, Juan Pablo Duarte.
Los héroes son la cima donde reside el capital alegórico y simbólico de los
pueblos. Los héroes deben ser utilizados potenciando su valor de eterna
referencia, como signos patrióticos de las virtudes atribuidas para promover
una sana emulación ciudadana. En ese aspecto se ajusta a esta reflexión la
legendaria discusión entre los filósofos griegos Heráclito y Parménides; el
primero, planteando el cambio permanente de las cosas y el segundo, todo lo
contrario, en el sentido de la permanencia y que no existía tal cambio.
Obra:
El Corazón de la Patria / Rafael Amable.
Estos dos extremos de pensamiento motivaron años después la intervención de
Aristóteles: ambos tiene una razón, hay cosas que si cambian y otras que no
porque son permanentes. Esas que no cambian son las esencias de las cosas. Por
ejemplo, una acción puede ser inmoral en una época y en la otra no, pero
existen aspectos de la moral que son inquebrantables, no cambian en ninguna
sociedad. Igualmente, los valores que representan los héroes tienen categorías
de eternidad y muchas veces impulsan los cambios. Hemos de tener héroes como
Juan Pablo Duarte, porque su existencia responde a una sentida necesidad de la
ciudadanía. Es responsabilidad del liderazgo civil y militar, lograr que
nuestros héroes sirvan para propósitos educativos y creadores de conciencia y
compromiso con los intereses de la nación.
La República Inmortal de Duarte, es una reiteración de su carácter de perpetuidad. Si las
circunstancias históricas la detienen, como cuando fue anexada a España en
1861, la República supo renacer por segunda vez. Resurgió en 1924 de la
ocupación norteamericana y lo hará siempre pues es inmortal. No perece en el
tiempo. El patrón de lucha de este héroe superior, debe ser utilizado para
hacer que los dominicanos y dominicanas seamos, a imitación de Juan Pablo
Duarte: disciplinados, cultos, desprendidos de lo simplemente material,
solidarios, responsables, y tenaces. Más creativos y laboriosos, más fieles a
la palabra y más obedientes a la ley.
La portada de este libro, como la apertura de una sinfonía, es un busto a
Duarte lleno de resonancias épicas y líneas estéticas, que brotan de la materia
solida esculpida con arte y con pleno dominio del cincel, por el maestro
escultor Antonio Prats Ventós, quien puso de manifiesto el potencial de su
fuerza inspiradora al lograr una obra de eminente perfección. El trabajo
escultórico despierta vigorosas emociones porque presenta una de las primeras
imágenes del Padre de la Patria en su condición de soldado y General de los
Ejércitos de la República.
Obra:Sueños
de Libertad / Marcial Báez.
Al abrir el texto sentimos una fuerte conmoción, contemplando el óleo de
1892, de una gloria de la plástica, Abelardo Rodríguez Urdaneta. La obra
emblemática esta consagrada por su alto valor artístico. En otras páginas se
presentan trabajos de maestros de la pintura dominicana del siglo XX, como
Alberto Bass, Cuquito Peña, Aquiles Azar, Nidia Sierra, Yoryi Morel, Rafael
Amable, Sussy Pellerano, Virgilio García, Pedro Céspedes, Ramiro Matos
González, José Ramón Rotellini.
También distinguen estas hojas memorables, los cuadros pictóricos de los
artistas de las décadas de los años 80 y 90 del siglo pasado:
Pascal Maccariello, Modesto Peguero, Ariadna Canaan, Marcial Báez, Cesar
Campillo Suazo, Milagros arias, Isa de Peña, Persio Checo, Santos Checo y la
recreación de Wyrbel Familia, plantada como galería permanente en 33 ciudades
del país. Enhorabuena.
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