Recuerdo de aquel día
Evocadora entrada
Vigilada cuita
Cueva. Puerta que de pronto se abrió en batalla.
Pero el día se tiñó de gris y arrojo.
Pensaba:
El héroe, el tiempo
de palmeros
ha sido hasta
hoy una mancha
y una luz expandida como cuerpo vigilante.
Como caídos en la voz intransigente, voz inseparable de
Vientos y memorias.
Incertidumbre del día. Sorpresa trágica. madrugada boquiabierta nacida en el rastro
de una especie en canto y rebeldía luminosa.
Era el eco de cuatro estrellas y un camino abierto
a las pisadas solitarias. Historia que reclama su mañana y su presente. El fuego
contaba allí la historia. Cómo llegaron desde el odio? Doce de enero. Aquel enero. Medio siglo
de tiempo, de huellas y crespones. Epopeya en regimiento. Sucesión de pisadas solitarias.
Y allí, en aquel kilómetro de estrellas cuatro cuerpos y misiones. Por allí
sus nombres volvieron a nacer como soles y sentidos. La esperanza. Dirección: futuro perfecto. Cielo encendido de miradas. Árboles y fuentes. Cuatro hilos conductores.
Cuatro nombres mirando la esperanza.
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