viernes, 20 de septiembre de 2024

DE MI BIBLIOTECA: RAFAEL ALBERTI / Marcial Báez.



RAFAEL ALBERTI

Rafael Alberti Merello (El Puerto de Santa María, Cádiz, 16 de diciembre de 1902 - El Puerto de Santa María, Cádiz, 28 de octubre de 1999). Poeta español de la Generación del 27.

Empieza el bachillerato en el Colegio de los Jesuitas del Puerto de Santa María. En 1917 se traslada a Madrid, donde abandona el bachillerato por la pintura, que ejerce una gran influencia en su obra; en 1922 realiza una exposición en el Ateneo. Por motivos de salud se traslada, poco después, a vivir en las sierras de Guadarrama y Rute, donde empieza a escribir sus primeras poesías, recogidas bajo el título de Marinero en tierra. Con este libro obtiene el Premio Nacional de Literatura (1924-25), otorgado por un jurado que integraban Antonio Machado, Menéndez Pidal y Gabriel Miró. A esta obra siguieron La Amante (1925) y El alba de alhelí (1925-26). En sus primeros libros se aprecia claramente la influencia de Gil Vicente, del Cancionero y Romancero españoles y de otros autores como Garcilaso, Góngora, Lope, Bécquer, Baudelaire, Juan Ramón Jiménez o Antonio Machado.
Su poesía es "popular" -según Juan Ramón Jiménez-, "pero sin acarreo fácil, personalísima, de tradición española, pero sin retorno innecesario, nueva, fresca y acabada a la vez, rendida, ágil, graciosa, parpadeante: andalucísima". La etapa neogongorista y humorista de Cal y canto (1926-1927) marca la transición de este autor a la fase superrealista de Sobre los ángeles (1927-1928). A partir de entonces, y tras afiliarse al partido comunista, su obra adquiere tono político. Este giro le lleva a considerar su obra anterior como un cielo cerrado y una contribución irremediable a la poesía burguesa. (Instituto Cervantes).

 


1128. LA ARBOLEDA PERDIDA. Rafael Alberti.

Editorial Bruguera.  S.A. 1era Edición. 301 páginas 1980.

Un hombre, un poeta, se inclina desde el exilio sobre los primeros treinta y cinco años de su vida. Rafael Alberti memoriza la España de su infancia, esa olorosa Andalucia que lo acogio al nacer; la España poética de García Lorca, Cernuda, Guillen y Alexandre; la España sangrante de la guerra. La arboleda perdida es el reino original, esa matriz que condiciona la vida del hombre y la obra del poeta: el País del nunca jamás. Alberti vuelve a él al dar audiencia a sus recuerdos, y revive así los perfumes, los rincones, los rostros, la geografía-imaginaria, poetizada ya- de ese huerto irremplazable.

 


1129. LO QUE CANTE Y DIJE DE PICASSO. Rafael Alberti.

Editorial Bruguera S.A. 1981. 249 págs.

En cierto contraste con el virtuosismo, el ingenio y la frescura de Los ocho nombres de Picasso, Alberti insinúa en Lo que canté y dije de Picasso razones para entender la frondosa y complicada personalidad del pintor. «Picasso no es difícil ni fácil —declara—. Picasso vive acosado por miles de llamadas telefónicas del mundo entero; por centenares de gentes que llegan a las puertas de Notre-Dame de Vie, su casa en la colina de Mougins, ansiosas de verlo, de oír una palabra suya; inteligentes y estúpidos de todas partes, colgados de máquinas fotográficas, el ojo alerta para apresar al “monstruo” más original del gran zoológico del siglo XX». (Lo que canté y dije de Picasso, Barcelona, Bruguera, 1981, p. 160). Quizá por eso todo el libro es una declaración amistosa, y también el corolario de una intensa admiración artística y personal. El primer plano, el detalle, sustituyen aquí a ese enfoque borroso, remoto y seguramente distorsionado a través de la fama. (Centro Virtual Cervantes).

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