lunes, 15 de agosto de 2022

MIS ANCESTROS Y YO / ANA ROMERO FRANCO

 



Primer Prólogo / Manuel Antonio Jiménez.

Esencial en ella la sustancia cultural de esta poesía marca una imagen del discurso en que el erotismo concentra al cuerpo en la emanación de las sensaciones vitales de la vida.

ANA ROMERO FRANCO comunica su existencia en estos versos que arrojan al fuego de los lectores raíces esenciales en ella. La poeta FRANCO asume su conducta subversiva ante los patrones tradicionales de la moral e inscribir su canto en una convocatoria de placer textual donde la imagen dialoga con las fibras carnales de la pasión amorosa.

Su táctica es la enumeración de instantes en el temblor de los días. Su estrategia es que el lector conjugue estos poemas en un presente diáfano que marque la permanencia de su palabra en el tiempo. Su acción verbal rota en imágenes los sentimientos de su pasión sentida. Desde una fiebre del cuerpo la poeta Ana Romero organiza y presenta su erotismo desde una creatividad que corporiza el instante en las fibras de un lenguaje que profundiza las huellas del amor instintivo el sentido ahonda en el ser la creación del alma.

La poesía es un punto de llegada más que de partida; pero esta llegada es híbrida, es como la existencia: una flecha en el aire que no encuentra blanco. Esta poesía impregna un sello de vida en la palabra y absorbe una pasión que circula en las venas de sus lectores. Su emoción enciende la imaginación en la pasión sentida de su creación poética.

Segundo Prólogo

Lo social y erótico en la negritud de Ana Romero / Ernesto Vantroy

La poesía de Ana Romero es una poesía desnuda. Desnuda por su claridad literaria y porque en ella se funden tres elementos de origen que le dan forma y el contenido a cada verso, a cada estrofa o poema, escritos en un lenguaje llano que evita lo simple. Es una descendiente de las tribus bantúes o yorubas donde la mujer negra canta a todo pulmón y baila con la cadera encendida de una forma que desgarra los más débiles sentimientos que alcanzan lo sublime en su voz.

Es una mujer que funde lo histórico de la africanía golpeada en los arcos del triángulo comercial y la que en estos precisos momentos se reconoce explotada con las salvadas diferencias populares.

Sigo siendo la misma esclava

Ahora veo televisión!

Mis hijos computadoras

Pero el mismo método

La opresión

Así se reconoce siendo la heredera del trabajo explotado, en un ingenio que ha cambiado la forma en la fábrica, en el trabajo doméstico, en la esclavitud que el capital transfiere mediante los términos del salario y las carencias que crea la modernidad. En tal sentido grita:

Que soy libre

No debo reclamar

Es solo un documento

La justicia social

De esta forma reprocha la deuda de Europa el continente que viene a imponer sus reglas de poder, su conquista armada de espada, de cruz y muerte. El que aun y a su pesar no pudo con los elementos constitutivos de la raza conquistada. Por eso no pudo

 …acabar con el cazabe,

La yuca, y su difusión..

La poeta se sabe continuadora de una raza que fue capaz de resistir y sobrevivirle al golpe del látigo, al dolor, a las cadenas que les fueran impuestas fuera de su lugar de origen. Su cantar es un llanto que se eleva en recuerdos:

Yo fui esa negra linda

Yo era esa negra uolof la kimbondú,

la yoruba y la bantú.

Fue aquella mujer con la que no pudieron las cadenas que pretendieron vencer su alegría. Aquella que se despertaba en la rabia del tambor rebelde.

 Fui esa negra sufrida

Esa negra mande,

Que cuando escuchaba el tambo

Bailaba en un solo pie.

Sin embargo, pudiendo vencer la conquista criminal de un imperio, se da cuenta de la unidad de los que detentan el poder, para no perder espacio frente al que romperá las cadenas de la esclavitud. En un llanto incontenible la mujer, convertida en poeta, descubre que son muchos los que debe vencer, porque cuando se libera de uno cae sobre las garras de otro imperio. Sorprendida, entonces su grito se convierte en lamento

Pero vino ese alemán

Pero llego aquel francés,

con lenguas tan extrañas

que no pude yo entendé

decían que eran ingleses

o que eran portugués

llegaron de todas partes,

decían que eran danés.

Pero no hay esperanzas que mate la alegría a una negra de cadera encendida, que sabe arrancarse del más profundo dolor cuando suena la noche de los tambores alzados, cuando se ha podido librar dela violencia del amo y viene la sublime destreza de sus pies en el baile. Convoca entonces

Ven negro del Congo

Ven toca y retumba todos los tambores

Ven con la entereza del negro que lucha

Voy con la certeza de romper cadenas

En su mezcla, la negra despierta la memoria de su hombre avergonzado de saber que se ha revolcado con ella por todas partes, y en un erotismo que esclaviza al blanco lo denuncia

Y si tu fuera sincero

me tocaría primero

y fuéramo guira y tampoco

maraca y sonío

paloma y nío.

Porque en sus caderas el hombre blanco reniega de sí mismo para hallarse en ella. En su cadera ondulante y danzarina que hace vibrar las más profundas raíces del centro de la tierra.

Desde esta condición de negritud la mujer renace en un permanente orgasmo que le desata el alma, desatando una erudición que nos sumerge más allá de ella misma, fundida en el lector sensible que despierta la pasión. Se encuentra.

 Sumergida en éxtasis de piel

agrietada `por los sinos

buscando orgasmos inexplicables

hurgando la geografía de mis cavernas

Es la mujer que se ha descubierto a ella misma dentro de un todo cósmico en el que canta, entre un dolor y un deseo inexplicable para el alma simple, que no alcanza a ver en interior puro del amor y la rebeldía liberada. Se olfatea y se encuentra de tal modo que lo grita en un éxtasis imposible de reprimir

Huelo a poema

a melancolía

a honda tristeza

huelo a hembra

huelo a mí.

El eros alcanza clímax cuando en el poema Círculo se alcanzan las alamas a través delos cuerpos que se tocan, se rehacen en ellos, en lo que son y serán con la más elevada energía de los amantes. Por eso.

 La abraza…

Hacen círculos sus brazos

La besa

Hacen círculos sus bocas.

Redondos los ojos

Divisan mares que se evaporan

Se hacen nubes y luego a la tierra caen

En círculos

Como la vida

Porque la vida de Ana romero, la poeta, es eso, un círculo constante, pero siempre irrepetible. Una descarga permanente de memoria, mezclada en el amor más profundo a sus ancestros, un gigantesco beso en la luz que proyecta el mármol negro y el cristal de azúcar, donde sus parpados vieron la más rojiza forma. Porque es una y muchos seres en los s que se decanta, como una flor que es jardín, porque con la luz de sus pétalos les da vida a las demás flores de su entorno. Y cae, como en un murmullo, casi un silencio

 Sopla el viento

veo luces

me llaman

me persoguen…

En ellas me hundo

¡Naufrago!

Me ancho fuerte a la inconciencia…

Y se debate entre su presente y el pasado, como en una permanente búsqueda del todo que la forma, con una identidad que se desconoce cuando

 No sé si navego en el hoy que ayer fui

Si sombra

Si es mi espíritu

que vive en mi

o vivo en el

solo sé que ayer me perdí

en el tenue fulgor de una mirada

y hoy no soy su amor

no soy sombra

soy nada

 Esta es la poesía. Aquí tenemos a una poeta mayor. Una poeta que ha alcanzado la plenitud de su expresión en las cosas y en los seres sencillos, los que la historia relega a la inexistencia, los que de paso desapercibido hacen al mundo. He aquí una poeta. Una poética. Un poema que nos refleja en lo que a diario vemos. Una poética de historia. De rebeldía. De amor.

 


BIOGRAFIA

ANA ROMERO FRANCO nació el 13 de julio de 1970, en Yaguate, San Cristóbal, República Dominicana. Es educadora de lenguas modernas, egresada de la Universidad Dominico americana. Fue miembro del Taller Literario cesar Vallejo de la Universidad autónoma de Santo domingo durante una década. Es coordinadora del taller literario Pedro Mir de los Alcarrizos desde el año 2009. Sus textos han sido publicados en la antología “Safo”: las más recientes Poetas Dominicanas, Antología Poética del Sur, boletín No 17 del Taller Literario Cesar Vallejo de la Universidad autónoma de Santo Domingo.

 LA NEGRA YORUBA

Yofui esa negra ladina

Yo era esa negra uolof la kimbondu,

La yoruba y la bantú

Qu en 1518 en esas tratas negreras

Corriendo en el maizal

Me puiseron las cadenas

Deje mi hijo llorando

En busca de una verbena.

 

Fui esa madre sufrida

Era esa negra mande

Que cuando escuchaba un tambor

Bailaba en un solo pire.

Pero vino ese alemán

Pero llego aquel francés

Con lenguas tan extrañas

Que no pude yo entender

Decían que eran ingleses

O que eran portugués

Llegaron de todas partes

Decían que eran danés.

 

Me montaron en la barca

Y sin poderme mover

Éramos 100 los primeros

Los otros llegan después.

Me canjearon por monedas

Pero decían usted que yo no valía tanto

Que ya iba a envejecer

A mis 18 años no lo podía creer.

 

Si dejé mi mandinguito,

Como es que yo iba a volver

Pero con los negros alzao

Me cimarroné

Con la esperanza en el alma

De mi muchacho yo ver.

 

Pero esa noche maldita

¡Es que no pude correr!

Me agarraron con los perros

Y me hicieron devolver

Me pusieron los grilletes

En el cuello y en los pies

Y fui mercancía negra y gallina de poner.

Parí 12 muchachos

Pero ya no sabía na

Había perdido el juicio

Solo el guaguancó calmaba mis ansias

Solo la charanga, solo la macumba…

Y las noches tristes majaba el pilón…

Miraba la luna, hablaba bajito

Buscando en palenque aquel muchachito

Aquel… mi negrito…

Buscaba anamú, buscaba verbena.

 

El día en que esos blancos me pusien cadenas.

 

MIS ANCESTROS Y YO. Ana Romero Franco. 98 páginas. @2021 Nilltrombook. Impreso en USA. www.amazon.com.27marzo2022.

 

 

 

 

 

 

 

 


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