La Mirada (Fragmento) del libro “Saber hablar en cualquier Circunstancia”.
La etología, o ciencia del comportamiento de los seres vivos, se ha
desarrollado notablemente en los últimos y ha enriquecido los conocimientos
sobre psicología comparada entre el
hombre y el animal. Y, gracias a comparaciones sistemáticas, se llega a una
mejor comprensión de ciertos comportamientos humanos que se interpretaban
diversamente según las escuelas de pensamiento y según disciplinas científicas.
Uno de los más celebres etólogos de nuestro tiempo, Honrad Lorenz, ha estudiado
así la mirada en el hombre y en el animal. He aquí lo esencial de sus conclusiones
tal como las expone en su obra, Todos los
perros, todos los gatos y que son muy ilustrativas en todo lo que se refiere
a la comunicación y relaciones humanas: “Que la mirada humana tiene especiales
poderes, es una opinión muy difundida. Mowgli fue expulsado de la jauría de
lobos porque nadie podía sostener su mirada; y su mejor amiga la pantera, no se
atrevía a mirarle fijamente en los ojos. Como en la mayoría de las
supersticiones, no en todas, hay en ello una parte de verdad. Es característico
de pájaros y mamíferos el hecho de que nunca fijan a. la mirada (tanto si se
miran entre sí, como si miran a un hombre en quien tienen confianza), es decir
nunca fijan la mirada en el interlocutor. Pocos anímales gozan de esa propiedad
de la retina que permite al hombre la “perfecta definición” de la imagen que
analiza. En el hombre, el surco central de la retina está especializado en la visión
“clara”. Los restantes segmentos de esa membrana dan una imagen mucho menos
neta. Por eso, el ojo humano vaga constantemente de un punto a otro y reconstruye
la totalidad de la imagen, realizando una serie de correcciones o “puestas a
punto” con esa parte central de la retina (fóvea
centralis). La idea de que captamos de golpe la totalidad de la imagen,
como una fotografía, es una ilusión de los sentidos. En la amyoria de los
animales, la división es mucho menos patente entre el centro y la periferia:
mucho menos claro con la periferia. Esa es la razón por la que el animal fija
menos su mirada y durante menos tiempo que el hombre”.
La mayoría de los animales dotados de visión binocular-reptiles, peces,
aves, y mamíferos- no utiliza la muerda fija sino momentos de gran tensión y
cuando tienen ante si un objeto que acecha-mientras que el hombre, siempre
ocupado en acomodar su fóvea centralis
según las necesidades del momento, nos parece extraño cuando se olvida de hacerlo
y mira al vacío”.
“Es curioso observar que esta diferencia fisiológica dela visión acaba por
dar la mirada fija una interpretación totalmente opuesta en el hombre y en el
animal. El hombre que no llega a mirrame fijamente a los ojos, me tiene miedo (
la timidez no es sino una forma atenuada del miedo), o es que oculta torvas
intenciones: es precisamente lo que expresa en un animal el hecho de mirarme fijamente
clavando sus ojos en mi.
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