Ligia Minaya
Así se les llamaba, hace algún
tiempo, a los “tipejos” que se imponían con sus desagradables recursos, con
burlas acomodadas a su antojo, por encima de todo y de todos. ¿Se les dice así
todavía? Seguro que los hay aunque hayan cambiado sus nombres por el de
“digno-político”, “diplomático sonriente”, “sabelotodo-inteligente”. Si han
optado por otros “nombres” siguen siendo y haciendo lo mismo que hicieron los
matatanes de antaño. No es que maten, aunque lo hagan o paguen a sicarios por
hacerlo, lo que sí continúan haciendo es ser irrespetuosos, mentirosos,
rompe-grupos, hacer vida desagradable de los que están a su lado, los que se
creen padres de todos los hombres y maridos de todas las mujeres, los corruptos
que se hacen ricos desde su juventud sin dinero, hacen exaltación de valores a
los que no son nada, ni nadie, pero que le dan lo que ellos quieren, en fin que
son capaces de todo lo incorrecto, pero que siempre están sonreídos. Los
matatanes meten miedo y paralizan a quienes no son sus secuaces.
Uno sabe que siempre oculta algo, que
alguna vez es violento, buscapleitos, descortés, que se esconde como un furtivo
ante quienes le señalan, pero busca la apariencia de tener educación. Con el
matatán hay mucho engaño y hay demasiados en nuestro país. Son los que se han
erigido en “amos y señores” de sus cargos, sea donde sea. Los que nos han
robado la despreocupación y la sonrisa. Son “señores”, que aunque no vendan
drogas, ni tengan un montón de sicarios, son los que ha subido por las
escaleras políticas, cuando en realidad, por su reducción de educación y de
buenas costumbres, así como su honestidad, deberían andar limpiando zapatos,
vendiendo cocos en las calles, lo cual no es un trabajo ilegal e impropio, pero
sí para los matatanes.
Punto y seguido: Creo que a los
dominicanos nos gustaría reencontrarnos con políticos y empresarios honestos y
muy preparados, que los hay, pero muy pocos, caminar por las calles en las
noches, dejar las ventanas abiertas para que la luz de la luna nos acompañe,
que se pueda tener una pensión correcta, que no mueran niños en los hospitales
como ha sucedido a once pequeños en el hospital Robert Reid, pero sobre todo,
que los matatanes no sean los que dicen y los que opinan y un personaje
importante en nuestro día a día.
No entiendo por qué nuestros
gobernantes, estén en el Palacio Nacional, en los ministerios, en el Senado, en
la Cámara de Diputados y en otros tantos lugares importantes, no actúan todos
para solucionar los problemas de salud, educación, salarios, pensiones, jubilaciones,
pagos correctos, legalidad, y muchas otras tantas necesidades que tiene nuestro
pueblo. ¿Cómo es posible que mueran niños y otras tantas personas en un
hospital por falta de un señor que se ocupe de vigilar día tras día lo que
pueda estar desarreglado antes que haya una tragedia como la que hubo en el
Robert Reid? ¿Cómo es posible que los niños en la escuela tengan problemas con
la comida y que un anciano no tenga ni un par de pesos para comer? ¿Y matatanes
cómo están? ¡Muy bien... gracias!
www.diariolibre.com. SALUDADES|11 oct
2014,
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