sábado, 21 de junio de 2014

ESPERANDO LA PRIMAVERA: ENSAYO SOBRE LA SOLTERIA / SILVIA MARTE


Prólogo / Pedro Camilo.

Cuando Silvia Marte me solicito que la orientara durante el proceso de escritura de un ensayo sobre la solería, nunca pensé que luego de aceptar su petición viviría una experiencia hermosa, por un doble motivo: primero, porque tuve la oportunidad de conocer a una mujer singular, educadora, líder cristiana y abogada de profesión; y segundo, y a que pude adentrarme en el conocimiento de un tema como la soltería, cuyas causas poseen repercusiones sociales y demográficas relevantes.

Nacida en Peravia y criada en San Cristóbal, Silvia es una dama de sonrisa afable que ha hecho de su estado civil, la soltería, un espacio del espíritu para cultivar la dignidad propia y defender el respeto que merecen sus amigas que también se encuentran en la misma situación, sin  caer en posiciones feministas extremas, actitudes rígidas que nublarían el horizonte de la igualdad de géneros.

De este ámbito del espíritu nación Esperando la primavera, el libro de Silvia Marte. Durante seis meses la autora trabajo el tema de la soltería; por momentos, la faena intelectual se inclinaba hacia la pura investigación científica, y hasta se llego a elaborar un diseño de campo para recoger información primaria a través de un cuestionario de autoaplicación; sin embargo, el final, prevaleció lo que Silvia traía guardado dentro del corazón: la ofrenda en palabras de un manojo de vivencias acerca de su vida soltera-varias reflexiones acerca del tema y cinco relatos de excelente factura-, una entrega que se apoyo en los datos secundarios obtenidos mediante la revisión bibliográfica y que le sirven de marco teórico. Así surgió el referido texto, estructurado por capítulos y intos, en los que la autora aborda temas y subtemas bajo títulos que no sólo se refieren a las causas, a los tipos y a las consecuencias de la soltería, sino que también destellan sentidos poéticos (por ejemplo, “EN pleno invierno”, 2Gozo de la espera” y “Las hojas del otoño, entre otros), estrategia que empieza con el titulo general del libro: Esperando la primavera.

Mientras leía los borradores del ensayo entonces se hallaba en ciernes, tuve la precepción de que el propósito de la atoras y la intención textual que ella estaba logrando, trenzaba los hilos de una metáfora que tomaba a la primavera como núcleo y que se irradiaba al verano, al otoño y al invierno, convertidos en subtemas, dentro de una táctica que la autora denomina, en uno de los puntos, “El otoño de la esperanza”, una manera ingeniosa de mantener viva la ilusión, aun cuando los augurios de fortuna resultaran fallidos. Y fue ahí donde vislumbre un puente tendido hacia el optimismo, como una apuesta por la vida relativamente venturosa.

Más aun: como el epígrafe general del libro es un verso de Sheeley que reza así: “Si llega el invierno, ¿puede la primavera estar lejos?, afiance mas la idea de que la autora había tomado la primavera a modo de símbolo. Siendo así, resulto fácil meditar que esperar la primavera para un soltero podría ser un gozo si lo hace desde la soledad creadora, o a partir se esa libertad que depara oportunidades para conseguir la autorrealización; pero también podría ser que esa persona se ubicara en el invierno de la soltería, para entonces experimentar el reverso de la soledad como sufrimiento, o para caer en el abismo del libertinaje como revés de la libertad.

Los capítulos 5y6 son fundamentales, porque cristalizan el tema de la soltería y le dan una dimensión no solo romántica- propia del mundo cristiano-, sino también filosófica, de manera que surgen meditaciones que podrían originar ecos de sabiduría en la vida de todos los que aprenden con buen ánimo este contenido. Así, en el capítulo 5, “no pierdas la esperanza”, Silvia pone en práctica su estrategia de hacer que la esperanza retoñe, mediante la inclusión de reflexiones breves y la inserción de un relato cuyo personaje-Sara-deja una estela ejemplar al igual que los demás que protagonizan las narraciones anteriores.
En el capítulo 6, “Las hojas del otoño”, se utiliza un epígrafe del Alber Camus para articular una reflexión que resulta valida tanto en la vida de soltera como en la existencia; que en cada hoja seca del otoño se podría descubrir una flor que brota para embellecer el bosque. Luego presentar un cuento que muestra a ara mientras vive una situación ideal, la autor finaliza con una lección de vida.

También, las conclusiones y las recomendaciones de este libro fueron elaboradas dentro de metáforas que les dan una fuerza expresiva relevante: “celebración de la primavera”, que ocupa e capítulo 7, es el título que nombra la síntesis del texto, mientras que “Siempre hay un mañana”, que abarca el capitulo 8, es el rotulo que designa las recomendaciones que Silvia les ofrece a sus lectores, sobre todo, a “esas solteras que todavía esperan sus compañeros”, como gusta decir la autora.

Tanto en uno como en otro, las escritora resume una sabiduría que le viene no solo de la revisión bibliográfica que sirve de marco teórico a Esperando la primavera, sino también de su experiencia como soltera preocupada por conservar la dignidad propia y el respeto que se merecen sus amigas que están en la misma situación; un saber, al fin, que interpreto de este modo: mientras la primavera llega, la meta a conquistar desde la soltería es la autosuperación, aprovechado la soledad creadora y la libertad entendida como la capacidad para elegir lo mejor. “Un comienzo no desaparece nunca, ni siquiera con un final”, es la frase de Mulisch que parece inspirar a Silvia Marte en esta incesante labor de orientación.

Introducción

Siempre nos preguntábamos de qué manera podíamos ayudar a esas solteras que aún estaban esperando por sus compañeros. Ciertamente, fue en el año 2012 cuando se despertó la idea de plasmar en un libro nuestras vivencias de vidas de soltera, como un desafío que nos hicimos con el afán de ir cumpliendo metas tazadas.

Al interactuar con cada soltera nos dábamos cuenta de su soledad, además de percibir cuantos sueños rotos cargaba sobre sus espaldas, a pesar de continuar con un corazón lleno de esperanza. ¿Había una forma de ayudar? Luego de una reflexión, decidimos aportar nuestro granito de arena, no solo en el sondeo de las causas de la soltería, sino también en el análisis de las diferentes facetas de este tema.

De esta manera nació la idea de realizar una revisión bibliográfica del referido tópico, en la que pudiéramos apoyar nuestras reflexiones sobre la soltería-integradas en el marco teórico y articulado también en relatos que se distribuirán en los capítulos-, teniendo en cuenta las vivencias propias, las de nuestros familiares y las de nuestras amigas y conocidas. A partir del análisis de la información primaria y de los datos secundarios, podremos tenar unas conclusiones para luego crear una plataforma mínima de recomendaciones, dirigidas a las solteras que aspiran a formar una pareja feliz.

Para su mejor comprensión, Esperando la primavera tendrá un prologo, una introducción y ocho capítulos cuyo contenido detallamos de la siguiente manera: En el capítulo, “Soltería, ¿Qué es?”, revisaremos las generalidades del tema en cuestión; en el segundo, “El cristiano y la soltería”, abordaremos el tema basándonos en la biblia; en el tercero, “En pleno invierno”, mostraremos al lector las sombras que podrían oscurecer la vida de soltera; en el cuarto, “Gozo de la espera”, presentaremos las luces de la soltería; en el quinto, “No pierdas la esperanza”, iniciaremos la estrategia que hemos llamado “el retoño de la esperanza”, que no es otra cosa que una forma retórica de estimular la ilusión para mantenerla viva; en el sexto, “ Las hojas del otoño”, continuaremos la estrategia anterior, pero ahora apoyada en un lema de Albert Camus; en el séptimo, “Celebración de la primavera”, haremos una síntesis del libro; finalmente, en el octavo, “Siempre hay un mañana”, ofreceremos las recomendaciones de ligar, bajo una metáfora que crearemos a partir de una frase del escritor Harry Mulisch.


Bibliografía

Silvia Marte nació en la provincia Peravia. Desde temprana edad emigró€ junto con su familia a la ciudad de San Cristóbal, donde reside actualmente. Realizó en la UASD sus estudios superiores en Educación, Mención Ciencias Sociales, y durante varios años ejerció el magisterio en centros docentes públicos y privados.

Más tarde, en el año 1995, logro el título de Licenciada en derecho en UNIREHMOS para alcanzar luego, de parte de la Suprema Corte de Justicia, la designación como Notario Publico del municipio de San Cristóbal.

En junio de 2003, la entonces Secretaria de Estado de Educación le otorgó un diploma de reconocimiento por su meritoria labor a favor de la educación dominicana.


Dentro de las actividades académicas como líder cristiana, Silvia Marte realizó un curso de “Servicio Cristiano” en la Universidad Global en marzo del 2013, y en este mismo año, 2014, concluyó una Licenciatura en teología en la Universidad Bíblica Internacional.

CAPITULO 1. La soltería, ¿qué es?/ Fragmento.
El Concepto

En los tiempos modernos la soltería es una realidad latente, tanto para a los hombres como para las mujeres. De ahí su importancia como tema. En cuanto a su definición, “soltería” es “el estado soltero”, según el Diccionario esencial de la lengua española (20006); y más adelante, se puntualiza el concepto de “soltero” como un adjetivo que designa al “que no está casado”.

Por nuestra parte podemos decir que la soltería es el estado natural, transitorio o permanente, en el que se encuentra una persona sin una pareja conyugal, y que nunca ha estado casada; este conserva desde que una persona nace hasta que contrae matrimonio; también puede durar para toda la vida, o por un periodo muy corto o largo, dependiendo de cuando decide la persona unir su v ida  a otra, ya sea en la juventud, en la etapa adulta , o en la madurez. Una vez finalizado el matrimonio, por lo general no se recupera el estado civil de soltero, sino que se pasa al estado civil de “divorciado”, “separado” o “viudo”, en función de la forma de disolución del vinculo matrimonial.

La palabra “soltero” surge, etimológicamente, del latín solitarius (solitario), conforme al diccionario etimológico español (1998). En cambio, la palabra “celibato” empezó a usarse hacia el año 1625, como forma culta en lugar de soltería. Su base etimológica es caelebs, voz latina que significa “soltero”  (ibídem). Más aún: el Diccionario hispanoamericano de derecho (2008), define el término “celibato” o “soltería” como “la condición obligatoria que caracteriza a los sacerdotes de la Iglesia católica, ya que al ordenarse hacen un voto solemne de castidad”. A continuación, puntualiza el vocablo “célibe” como “dicho de un individuo que no ha adquirido el estado de matrimonio”.
¿Por qué son solteros?

Robles Aguilar (2012) informa acerca de un estudio publicado recientemente por el semanario británico The Economist, el que resalta la tendencia de la soltería a cubrir el mundo con excepción de África, como un modo de vida que muchos seres humanos han adoptado con la finalidad de vivir solos, sin  la ligazón del matrimonio, con sus secuelas que actúan sobre ámbitos tales como el demográfico, el económico y el medioambiental.

El referido autor añade que no sólo sociólogos sino también profesionales de diferentes ámbitos de la ciencia han tratado de buscar las causas de soltería como una actitud que hace que la personas prefieran la soledad a una vida en familia, lo que va en contra de la naturaleza gregaria del ser humano.

Dentro de los múltiples factores causales, Robles Aguilar menciona la permanente crisis económica que afecta a varios países y que provoca, en particular, el desempleo juvenil y la inestabilidad de la mayoría de puestos de trabajo que se crean; y sobre todo el analista se refiere al individualismo como factor causal y como “ un rasgo que tiende a imponerse a lo largo y ancho del planeta, particularmente en las sociedades mas desarrolladas y que hace que en todo contexto social prevalezcan los intereses personales por encima de los colectivos”.

De igual manera, cita el matrimonio como un especial desafío debido a que la convivencia conlleva de conflicto y su éxito depende de una serie de requisitos por parte de sus integrantes, tales como la madurez, la flexibilidad, la comunicación, la tolerancia y la visión compartida de objetivos, entre otros. Aunque Robles Aguilar no engloba estas exigencias dentro de un elemento único, nosotras las consideramos como factores que forman parte de la plataforma cultural de un individuo y cuya eficiencia podría ser causa de divorcio o de separación.
Como dato de importancia, el articulista, apegado al estudio aparecido en The Economist, dice que el fenómeno de la creciente soltería se da predominantemente es estratos sociales medios y altos, con ingresos económicos y educación académica por encima de la media. El analista afirma que esta tendencia se inicio en la década de los 80 del siglo XX, e incluye cambios en diversos comportamientos, en especial el retraso del matrimonio, la postergación del primer hijo y el aumento de las uniones libres, así como los hijos fuera del matrimonio.

 ¿Quiénes son los solteros?

No hay un tipo único de soltería, cada tipo se va a determinar por la forma particular del solero conducirse. En estas variaciones inciden diversos factores tanto de orden personal como cultural y social. Dentro de la gran variedad de soltería es necesario  construir una clasificación para lograr un mayor entendimiento del fenómeno. Según la información contenida en un artículo publicado en la página web denominada “Saluspot” (2012), la saltearía puede dividirse en dos grupos: voluntaria e involuntaria.
La primera alude al soltero por elección o convicción que es quien ve la soltería como una opción de vida, elige esta condición y desde esta postura la personas defienden la soltería como un estado legitimo para asumir la existencia. Estos solteros se enorgullecen de poner sus propias necesidades en primer término, bastarse a sí mismos, tomar decisiones i dependientes, además de disfrutar su privacidad.

Las personas solteras obligadas son aquellas que se encuentran en ese estado: por un lado, el deseo que experimenta el soltero de tener pareja, y por el otro, el hecho de no poder hacerlo. Obviamente estamos hablando de soltería involuntaria.

El diario digital ecuatoriano EL Coemrcio.com, brindo a sus lectores una clasificación de soltería, englobada bajo el título de “soltería: síndrome del siglo XXI”(2009), y fundamentada en el libro singled out (sobre como la soltería es estereotipada, estigmatizada e ignorada pero quienes las practican viven felices para siempre), de la psicología estadounidense Bella De Paulo se refiere a “Los solteros convencidos”, que “son aquellos que están satisfechos de su estado canalizan sus energías hacia sus actividades profesionales, religiosa so humanitarias”.

Con respecto a “Los perfeccionistas”, la psicología los cataloga como “solteros exigentes que no encuentran a nadie con las características para llevar en pareja una vida que les satisfaga y les permita desarrollarse de manera individual”, mientras que los “solteros aventureros””son aquellos que se sienten atraídos por los viajes exóticos y los deportes alternativos. Se emparejan siempre y cuan do encuentren personas que estén dispuestas a compartir tales aventuras”.

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