RECONOCIMIENTO DE SUS HIJOS
En una comunidad del norte de nuestra Isla, específicamente en Caballero,
Sección de Cotui, nació en el 1940 una niña de nombre Lucrecia. Hija de padres
campesinos,
pero con una madre con un gran deseo de superación que hizo sacar a su familia
del campo a la ciudad.
Con
apenas ocho años es llevada a una familia Dominico- China, los Sang Ben,
familia laboriosa de Santiago y con una gran cantidad de hijos, entre ellos
Mukieng y Miguel Sang Beng. Recuerdo las palabras de Mukien diciendo “Era la
preferida de Lucrecia”, Esta mujer con tan corta edad y con un tercer curso de
primaria llega a esta ciudad para ayudar a criar unos ocho o diez hijos de la pareja
Don Miguel Sang y Doña Ana Ben. Ambos propietarios de la tienda La Pagoda y un
Restaurant.
Esta niña adquirió
disciplina y el amor por la cocina, aprendiendo a hacer las labores de la casa
y el cuido con mucha dedicación de estos niños. Sin embargo sus padres por
ignorancia tal vez, no le solicitaron
que la dejara seguir la escuela.
Le gustaba tejer y
conversar con vecinas de la Máximo Gómez, cerca de la casa materna del ex
presidente Joaquín Balaguer. Y en las temporadas altas ayudaba en el inventario
de la tienda.
Transcurrió el
tiempo y siendo una joven con 18 años y ya portando su primera cedula, un tío
materno el profesor Edmundo Domínguez, llega a visitarla y ve el ajetreo que
lleva y le sugiere que vaya a la Capital a vivir con sus dos hermanas y su
madre, ya que entendía que debía crecer un poco más.
Es así como a
finales de la década de los 50, llega a la Evangelista Jiménez, donde viven sus
parientes y una vecindad de personas de Ocoa radicadas en la ciudad. Ahí las
hermanas Gabina y Evangelina quedan prendadas de su forma solidaria y creen que
su hermano Rafael Menando Alcántara seria el esposo ideal para esta “muchacha”
sin malicia y siempre bien presentada y muy hacendosa.
Es así que siendo
un Marino este joven se lleva a Lucrecia a la casa materna, para luego echar adelante
y comprar su propia casita.
De esta unión nacieron
seis hijos Sandra, Orlando, Juan Manuel,
William, Belkis y Jeannery.
Esta mujer siendo
una madre abnegada y con una sonrisa a flor de labios recibe en su casa de
otros pueblos a más de una decena de parientes, que conocieron la ciudad por su
hospitalidad.
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