Ligia Minaya
Denver, Colorado
Este es un libro que se debe tener en
la mesita de noche como una biblia psicológica para obtener conciencia
renovada, la vida floreciendo día tras día y saber que la injusticia, las
desigualdades, los abusos, la ignorancia y todo lo que entra o sale de nosotros
nos puede llevar a tener un estado racional, intelectual, emocional y
espiritual que nos ayude a vivir en paz o a morirnos de disgustos. Ana
Tholenaar nos da aquí una manera y una forma de caminar paso a paso por un
mundo posible que muchas veces se nos convierte en un mundo imposible y a veces
peligroso.
"La vida es un movimiento
continuo, cíclico, que obedece a patrones predeterminados y en ella surgen
cambios imprescindibles y sorpresivos". Así nos explica por qué el ser
humano no tiene el poder de detener este movimiento eterno, pero sí el de
influenciar en su dirección. Nos dice, Ana, cómo podemos escoger el estilo de
vida con salud, energía y realización personal; cómo manejarnos, identificarnos
y evitar que nos controlen. También, cómo los recursos económicos no son lo
determinante en una persona. Cómo manejar el estado de ánimo, llevarse bien con
los demás, sentir satisfacción por lo que se hace, conocer nuestras fuerzas,
nuestras metas, las limitaciones, y muchas cosas más.
En este libro, Ana Tholenaar nos
enseña a respirar sobre lo logrado y lo no alcanzado, a conocer nuestras
fuerzas y nuestras limitaciones, cómo trazarnos un plan de vida realista, a
tener la salud bajo control, a manejar adecuadamente nuestro estado de ánimo, a
sentir satisfacción por lo que hacemos. ¡Oh mi Dios... en un libro tan pequeño
en el que nos dice cómo mejorar lo que somos y lo que hemos sido, lo que
queremos y lo que despreciamos y, sobre todo, lo que encontraremos en nosotros
mismos! Por eso digo que se debe tener al alcance de la mano en cualquier
momento: en la mesita de noche, en la cartera, debajo del brazo, dentro del
bolsillo y, más que nada, leerlo con reflexión sentado en un lugar tranquilo,
tomando un cafecito, acompañado de música instrumental y suave. Y de ese modo,
nos cambiará la vida, para bien, por supuesto.
Ana Tholenaar y Martha Beato fueron
mis maestras psicológicas. Con ellas aprendí lo que quería y lo que podía hacer
y no sabía cómo hacerlo. Ahora, con mis muchos años... ¡ay carajo...! He vuelto
a recoger desde mi alma todo lo que me enseñaron a hacer. Y siento que hoy le
toca a Martha escribir un libro que vaya de la mano con lo que Ana nos dice.
Por favor, querido lector, estimada lectora, no dejen de leerlo y así sabrán
cómo vivir sin que la negatividad los arrope. Saber qué hacer y qué no hacer si
alguien nos traiciona. Saber que reír no es la felicidad absoluta, ni llorar es
el dolor del alma. Que se puede llorar de felicidad y no cerrar los ojos a la
infelicidad.
Vivos, conscientes y renovados, en el
que Ana nos da pauta para vivir la vida, es una sombra prodigiosa bajo la cual
sentarse a descansar y un olor de flores que florecen sin que una se lo pida y
llegan en el momento inesperado.
ww.diariolibre.com.
Saudades /15 mar 2014
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