Ligia Minaya
Denver, Colorado
Hagamos ejercicio en nuestra
libertad, quedándonos en la cama, viendo TV, leyendo…
Será un placer caminar sin apuro ni
rumbo fijo y hagamos los que más nos guste.
Las personas que estamos a nivel del
anochecer pertenecemos a una generación en la que debíamos respetar a los
vecinos, a los maestros, ser buenos estudiantes, buenos profesionales y ahora
que ya hicimos todas esas cosas lo que nos toca es ser como queremos ser: A
veces visitar a la familia y en otras ocasiones viajar, comprar lo que nos da
la gana, tomar un café con las amigas, hacer lo que nos plazca o no hacer nada.
Nos damos cuenta de que, por más que los hijos e hijas nos amen, seguirán
viviendo a su modo y manera cuando ya no estemos. Por eso, queridos lectores,
estimadas lectoras, nos toca ahora dejar de rendir cuentas y cumplir exámenes
de todo lo que nos puso a prueba. Estuvimos presentes cada vez que alguien nos
necesitó, criamos hijos, cuidamos a nuestros padres y abuelos… ¿Entonces nos
harán un santuario que diga: "A un ser ejemplar y virtuoso? Seguro que no.
Y si lo hicieran... estaremos a varios metros bajo tierra.
Somos una generación invariable, que
allanamos el camino de los que vinieron después. Hemos librado muchas batallas,
en soledad hemos sufrido mucho por distintas razones. Por eso ya es hora de que
empecemos a relajarnos y a divertirnos cada vez más. Muchas veces me he
planteado, qué rápido pasó la vida, distraída como estaba, haciendo mil cosas.
También me pregunto ¿cuánto nos queda de vida? No lo sabemos, por suerte nadie
lo sabe. Solo Dios conoce nuestro destino. ¿Algo cambiará en las personas que
nos quieren cuando nos vayamos? No, la vida seguirá igual… porque ya no
escucharemos. Mis queridos lectores, estimadas lectoras, cuídense, no se
depriman, aprendan a decir NO. Si es necesario, y siempre por nuestra salud
mental, aprendan a mandar lejos a la gente que no sirve para nada, (eso con
elegancia, es lo mejor).
Ya es hora de saber a quién le hace
bien nuestra amistad, nuestro cariño, nuestra compañía, y quien busca descargar
su negatividad en nosotros o que le hagamos tan solo un servicio. La vida está
llena de gente que solo quiere usarnos de distinta manera y con diferentes
propósitos. Huyamos de esos vampiros que nos roban la energía para seguir
subsistiendo, y juntémonos cada vez que podamos con aquellos que nos hacen
felices. Hagamos ejercicio en nuestra libertad, quedándonos en la cama, viendo
TV, leyendo poemas, novelas, cuentos o simples revistas de chismes o de moda...
Será un placer caminar sin apuro ni rumbo fijo y detenernos en cualquier lugar
que nos llame la atención para ver el mar con sus olas envueltas en blancos
encajes, el sol radiante que nos ilumina el alma, una noche de luna cargada de
emociones, un jardín donde crecen todas las flores, visitemos a una amiga,
escuchemos música, hagamos manualidades, yoga, meditación, o lo que más nos
guste.
Así debemos ser los que ya hemos
cumplido con nuestros deberes. Los que llegamos a un anochecer cobijado de
estrellas. A los que nos toca retirarnos de la rutina diaria, del correr para
llegar a tiempo. A los que ya hemos superado el medio siglo de vida. (Este
artículo está basado en un email que me envió una amiga).
Diariolibre.com. SAUDADES|16 mar|
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