jueves, 2 de abril de 2009

Personajes Sancristobalenses del Arte y la Cultura: EUGENIO PEREZ MONTAS


El arquitecto Eugenio Pérez Montás Académico por más de cuarenta años, fue distinguido por La Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña con el Doctorado Honoris Causa de la Facultad de Arquitectura y Artes en 1998. Ha sido reconocido como Oficial de la Orden de las Letras y las Artes y de la orden de la Palmas Académicas de Francia; Miembro de Número de la Academia Dominicana de la Historia, Miembro de Honor del ICOMOS Dominicano y Coordinador de CARIMOS (Organización del Gran Caribe para los Monumentos y Sitios), Ganador en la primera entrega de los Premios Fundación Corripio en la categoría de Arquitectura.2007,Reconocimiento de la UASD,por toda una trayectoria de aporte a la historia del arte en el país.2008.

Ha participado como Conferencista en foros, congresos y convenciones; así como articulista en periódicos y revistas nacionales e internacionales y profesor de Historia de la Arquitectura.

Ha publicado: Estudio para la Revitalización de la Zona Histórica y Monumental de la Ciudad de Santo Domingo. APEC. 1973. Biografía de un Monumento. 1979. República Dominicana Monumentos Históricos y Arqueológicos. Instituto Panamericano de Geografía e Historia.1984. Restauración de Antiguos Monumentos Dominicanos. UNPHU. CARIMOS. Revista Casa Reales.1990. La Aventura del Guadalupe su Viaje a la Española y su Hundimiento en la Bahía de Samaná. 1997. Arqueología y Antropología Física en la Catedral de Santo Domingo.1998. Monumentos y Sitios del Gran Caribe. 1998. La Ciudad del Ozama (Premio Nacional de literatura Juan Pablo duarte. 1999, Premio Nacional de la Crítica de Arte; El Gran Premio Bienal 2000 y El premio Premio Bienal de Teoría, Historia y Crítica de Arquitectura y/o Urbanismo.2000). Ensayo Clasico:Reflexiones sobre el vitruvianismo en la historia de las ciudades. 2001.



ENSAYO CLASICO.
Reflexiones sobre el vitruvianismo en la historia de las ciudades.
Por Eugenio Pérez Montas

Subrayados:

Capítulo I.
PROLEGOMENOS.

La historia y la crítica de la arquitectura no remueven en paralelo, pero sí orientadas por la influencia de las obras de arquitectos y urbanólogos. Su interpretación es otra cosa. ¿Está la Arquitectura en crisis? Ciertamente no. Es la crítica, la lectura actual de la historia lo que reencuentra en discusión. Estos comentarios se mueven pues en un terreno inestable. Súlo se vuelven firmes cuando encuentran el sólido suelo de prerrequisitos teóricos, interpretaciones que definan una clara lectura cultural.

Las ciudades son al fin y al cabo un tomo siempre abierto, donde los objetos arquitectónicos, desde un palacio florentino a una basílica paleocristiana, configuran un discurso que ha sido interpretado en los libros que se escribieron en su época. Cada época tiene su libro. Cada época tiene su plaza mayor que “a través del simbolismo de sus edificios y de sus espacios, inculca un imaginario de autoridad y jerarquía”. No obstante, como ha señalado alguien, es preferible hacer la historia del presente hacia el pasado. ¿Cuál sería entonces el libro? El presente ensayo se apoya un poco en esta premisa aunque su estructura general aparezca como estrictamente cronológica.

Capitulo II.
DE LOS DIEZ LIBROS DE VITRUVIO A LOS DIEZ LIBROS DE ALBERTI.


La única obra ligada al urbanismo y al arte de construir escrita en Roma que ha llegado hasta nosotros son los diez libros de Marco Lucio Vitruvio Polion. Diez rollos (volumina) seguramente ilustrados con planos y figuras, que al ser copiados por distintas manos durante la Edad Media perdieron las imágenes y vieron complicada su sintaxis, malinterpretándose términos e ideas. No obstante, al legar el siglo XV e hincarse la renovación urbana patrocinada por el renacimiento, la admiración por la Edad media o Clásica convierte el texto vitruviano en una larga secuencia de traducciones, y en una especie de libro mitológico al que se rendía culto entre los arquitectos y sus mecenas. Tres ediciones incunables (libros que se imprimieron desde la invención de la imprenta hasta el año 1501), escrita en latín, aparecen a partir de 1486.

Capitulo III.
DE LOS LIBROS DE SERLIO A LOS CUATRO LIBROS DE PALLADIO.

En el marco del vitruvianismo de segunda generación se inscriben numerosos tratados. Tres de ellos, orientados en la línea de Alberti, tienen particular importancia. Parten del estudio de la Roma Imperial, del carácter de sus ruinas y de la magia del texto vitruviano. Los monumentos romanos fueron medidos por los nuevos autores, y los planos de sus obras fueron consignados en páginas en las que se alternan monumentos debidamente mensurados y descripciones de sus detalles. Sus autores utilizan las lecciones que estos les brindan para aplicarlas en la solución de la arquitectura creada por ellos. Reutilizando el lenguaje clásico, abordan el espacio interior y exterior así como la función urbanística de los volúmenes arquitecturales. Avenidas y plazas asumen la imagen del tiempo nuevo que tiene por teatro principal determinadas ciudades italianas.

Capitulo IV
VITRUVIANISMO DE SEGUNDA Y TERCERA GENERACION


Como ya pueden ver, el presente ensayo tiene como protagonista un libro y un escritor a quien se identifica con la imagen perfecta de la arquitectura clásica. El texto de Vitruvio, contenido en diez segmentos, mantuvo su vigencia durante la Edad Media y fue asumido por los grandes teóricos del renacimiento. Estos libros, además de las artes liberales, que se dicen siete, y que el autor convierte en diez: Gramática, dibujo, Geometría, Aritmética, Óptica, Filosofía, Música Medicina, Jurisprudencia y Astronomía, señalan (libro primero) seis condiciones que han de concurrir en todo edificio:

1.- El Orden u ordenación, que se refiere a la justa magnitud en relación con su uso y protección.

2.-La Disposición o arreglo conveniente de todas las partes (planta o iconografía, alzado u ortografía, y perspectiva o escenografita).

3.- La Euritmia o conjunto de proporciones, que resulta de la disposición de todas las partes de la obra.

4.- La Simetría o proporción, que es la concordancia uniforme entre la obra entera y sus miembros.

5.- La hermosura o Decoro, que resulta de la adecuación del edificio, la naturaleza de los lugares, y las costumbres.

6.- La Distribución, donde se manejan los materiales y su uso, así como el uso racional de los terrenos procurando métodos y el empleo económico de recursos.

Capitulo V
EL VITRUVIANISMO EN ESPAÑA

El siglo XV lo gastaron os monarcas españoles conquistando territorios culturalmente complejos, donde el arte de construir y fundar ciudades se apoyaba en formulas dictadas por tradiciones distintas y cuya vanguardia artística (a finales de siglo) estuvo sujeta a la influencia italiana: el plateresco. Su retaguardia, una melodía incierta: lo hispano-musulmán. Sin embargo, el siglo XVI le tiene reservado un capitulo mayor que las siguientes centurias abultan para crear un escenario inmenso que solo ahora está siendo estudiado: por la vara con que se ha medido América ha sido siempre ajena. El Capítulo Colombino y el gobierno de los Reyes Católicos son sólo un paréntesis en este ensayo. Se entra en terreno seguro con la llegada de Carlos y Felipe, cuyas realizaciones llenan el siglo XVI. En sus primeras décadas, la arquitectura de exportación huele a nervaduras y bóvedas de crucería. El arrabá escarpado de las Casas Reales de Santo Domingo es todavía una expresión de la arquitectura extremeña de Cáceres y Trujillo, tierra de torres mochas y caballeros de frontera, juderías portuguesas y barrios musulmanes.

Capitulo VI
LOS TRES CARIBES Y SANTO DOMINGO

En el mismo mar hay tres Caribes: el primero es el tradicional de las Antillas y Panamá; el segundo es el Golfo de México, desde Campeche y Mérida hasta a la Florida; y un tercero es el Caribe exterior o del norte, desde Las Bahamas y las Islas Turcas y Caicos, cruzando el banco de la Navidad y el de la Plata, hasta la isla de San Salvador y Puerto Rico en la isla de San Juan, donde empalma con el arco antillano ilimitado… del primer Caribe. En estos territorios insulares, peninsulares y continentales, la civilización europea construyó ciudades, puertos, fortalezas, plazas mayores y murallas abaluartadas con frontones y columnas vitruvianas.


Capitulo VII
HISTORIOGRAFIA, NEOCLASICISMO Y VITRUVIANISMO DE CUARTA GENERACION

El neoclasicismo, pensado como la primera etapa de la arquitectura moderna, nos convoca al disfrute de espacios interiores suntuosos y grandes espacios exteriores en los que bóvedas de planta circular monumentales se erigen como elementos espaciales dominantes. Entre la gran cúpula de Bruneleschi, mencionada en el capítulo IV, y la de Sainte Genevieve, de Jacques Germaine Soufflot (hoy el Panteón de Paris, 1757-1780), existen varios antecedentes entre los cuales habría que mencionar en primer lugar la cúpula del crucero del Gesú, de Vignola, iniciada en 1568 y terminada en 1590 con un portal del Giacomo de la Porta; la gran cupula de la basílica de San pedro; la de la iglesia del hospital de los Inválidos, de Jules Mansart (1680-1707); la del Val de Grace de Francoise Mansart y Jacques Lemercier (iniciada en 1645); y la Catedral de San Pablo de Londres (construida entre 1675-1710).

Capitulo VIII
EL LENGUAJE CLASICO Y VIRUVIANISMO DE SEXTA GENERACION

La reedición del American Vitruvius, libro con cuyo señalamiento concluímos el capítulo anterior, incorpora un vitruvianismo nostálgico, designación honorífica argumentada desde 1922-fecha de la edición original-, y ahora en 1988, año de su reedicion. El vitruvianismo ha pasado mientras tanto de una quinta a una sexta generación. El subtítulo de esta obra que explica su contenido, es: An Architect’s Handbook of Civic Art. El autor del prefacio de la reedición cuestiona la manera en que las ciudades de hoy se expanden como lugares de masa. Señala así mismo, que el mensaje de la obra está fundamentado en la calidad del arte cívico como un complemento trascendental de la ciudad.

Capitulo IX
A MANERA DE EPILOGO.


En nuestros días el vitruvianismo de sexta generación se divierte en la ciudad contemporánea, en el “polígono central”, en Naco transformado, en Gazcue regimentado, y edificios gubernamentales de los noventa injertados en la rama vial del barrio de San Carlos.

Y no se fundan ciudades ni se requieren escribas que relaten el procedimiento mágico que se utilizaba desde la edad antigua para seleccionar el sitio, el lugar. Esta simbología protocolar desapareció junto con las sociedades que la crearon. Las ciudades de ahora se dirigen hacia un universo distinto, cibernético y mecanizado: la ciudad espacial, flotante y móvil, capaz de trasladarse, ubicua, tecnológicamente alta.



Conferencia: SAN CRISTOBAL RENOVADA E IDEALIZADA.
Por Eugenio Pérez Montás

Participación en el seminario taller sobre el desarrollo urbano de San Cristóbal. Plan Estratégico de Desarrollo provincia San Cristóbal. Consejo Nacional de Asuntos Urbanos. Octubre 2006.
Fragmento:
Los cronistas identificaban la región con un mítico personaje eliminado ya del santoral: San Cristóbal, un sitio rico en yacimientos auríferos y en factorías donde se procesaba la caña de azúcar. También había bosques y altas montañas cuyas cumbres cubiertas de nubes se perciben cuando uno se acerca a este lugar tanto por tierra como por aire.

Descubrí que San Cristóbal pudo haber sido una ciudad clásica con un castillo en lo alto del cerro, una catedral en una plaza de piedras vivas; edificios con cúpulas (tres por lo menos) y torres… y un bulevar paisajístico y pastoril en armonía con el medio ambiente. Sin embargo, sobró ingeniería… pero faltó genio, ilusión, coraje.

Un Ingeniero pasó por aquí en 1870, tuvo una aproximación regional que volcó en un documento publicado en 1888. El documento de Tomasset demarcaba las tierras comuneras a lo largo del antiguo “camino real” del Cibao. Desde allí, hasta el oeste, se atraviesan las tierras comuneras que pertenecieron probablemente al Ejido (terrenos incultos) del municipio de San Carlos, fundado para 1962. La Fe, Esperanza, Caridad, Encarnación y Bella Vista, conjuntamente con los Alcarrizos y La Duquesa, fueron estancias azucareras que rodeaban el territorio regional de la ciudad mayor por el norte. Hatos, haciendas y plantaciones usufructuaron aquella llanuras feraces, quebradas por cursos de agua dominados por el Ozama y sus afluentes, el cual define una cuenca con el Isabela y sus afluentes, y el Haina y los suyos.

La periferia de aquel paraíso perdido queda marcada por Yamasá, Biya, Monte Plata, Bayaguana, Palavé y se extiende hasta la cuenca del Nigua que atraviesa el territorio llamado Madre Vieja y la entonces gran plantación de Fundación. Esta geografía fue definida por el ingeniero Tomasset en la “Carta de la Commune de San Cristóbal” acompañada de un informe donde se justificaba la instalación de un ferrocarril que corría la señalada región un “camino de hierro”, desde la capital hasta San Cristóbal, y desde allí hasta la Hacienda Italia-Vicini.
Corporaciones municipales inútiles, sin recursos, tratan, la mayoría de las veces sin éxito, de enfrentar un estado de cosas que ha dado paso a una cultura de la improvisación en los usos. Propician, sin proponérselo, un orden torcido, nebuloso, lleno de irrespeto y arabescos como los tejidos persas de algodón, lana y seda.

Echo de menos la falta de armonía entre el medio físico natural y el medio físico transformado. Consecuentemente, los resultados se encaminan mal, acentuando los conflictos que caracterizan las poblaciones en vías de convertirse en ciudades.

¿Cómo puede un ayuntamiento gobernar un territorio donde las decisiones deben provenir primero de ideas y prioridades tomadas por agencias descentralizadas, algunas simplemente privatizadas; o de Secretarias de Estado que usurpan funciones; intermediarios consentidos; presupuestos secretos, de esos que comienzan pero no terminan?

Sólo así se comprende por que junto a un puente a punto de desplomarse en el centro de la ciudad, se inicia otro y su construcción se suspende.

Sólo así se comprende que la máxima autoridad del gobierno local sea sorprendida ante la rotura de las calles, dispuesta desde otras latitudes.

Esta reunión podrá servir para crear un círculo virtuoso, sólo si es capaz de crear un vínculo poderoso de opinión sustentado en un programa no sólo bien planeado sino mejor aplicado.

Admirado por la agenda, he terminado mi relato. Ustedes inician ahora el suyo, tratando de construir una identidad solidaria, una estructura que este por encima de los linderos electorales y donde la geografía de esta región, dominada por la cuenca del Nigua y del Yubazo, constituya el eje del desarrollo territorial, procesando una agenda común para un plan de desarrollo estratégico.

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