LETRA GRANDE.- En
los círculos literarios se afirma que el creador del cuento sicólogico en la
Republica dominicana es usted. ¿Está de acuerdo con esa afirmación?
VIRGILIO DIAZ GRULLON.-Para mí el creador del cuento sicológico en la República
Dominicana es Ángel Rafael Lamarche; pero Ángel Rafael Lamarche publicó
prácticamente toda su producción en el extranjero. Aquí solo público un libro
que llamo “siempre”, que era una serie de rememoraciones, de recuerdos, de añoranzas
de su madre que acababa de morir. El resto se publicó en puerto rico, estados
unidos y otros países. Esto tuvo como consecuencia que Ángel Rafael Lamarche no
fuera lo suficientemente conocido y estudiado por nuestros críticos y
literatos; y, en consecuencia, su incidencia tanto en la introducción del
elemento sicológico en el cuento como en
la urbanización del cuento, o sea la traída del cuento del campo a la ciudad,
no sea muy conocida. Yo creo que si hay que buscar u precursor del cuento
sicológico en nuestra literatura ese sería Ángel Rafael Lamarche.
LG. ¿Entonces usted es el continuador del cuento sicológico?
VDG.- Yo sería el continuador. Incluso los primeros cuentos… no los
primeros, pero si la segunda serie de cuentos que yo publiqué bajo el título de
“Crónicas del Altocerro”, fueron muy influenciados por él. Ya había publicado
“Un día cualquiera”, que a Lamarche le había llamado la atención y me procuró,
me buscó. En esa época el no salía. Se pasó
los últimos años de su vida sin salir de su casa. Vivía con su hermana María
Blanca Lamarche, que era profesora del Conservatorio compañera en esa época de
mi esposa Aida. Yo recuerdo mis visitas a su casa. Vivía ahí en la César Nicolás
Penson. Yo le llevaba mi manuscritos del segundo libro y el me hacía
observaciones, me daba consejos y, realmente, su influencia sobre mi fue bastante
importante, aun cuando mi interés en el cuento sicológico es previo a mis
contactos con Ángel Rafael Lamarche. De Ángel Rafael Lamarche yo concia uno de
sus cuentos que se incluyó en la antología de cuentos en Santo domingo de
Sócrates Nolasco. El cuento se llamaba: “Así era él”. No sé si tú lo recuerdas... y ahí tú ves
claramente la preeminencia del factor sicológico. En realidad, un día cualquiera
es sobre todo, una colección de doce cuentos donde, para destacar la
importancia que yo le doy al elemento sicológico, se relatan acontecimientos
que siempre son cotidianos, triviales. Y lo importante no es el acontecimiento
en sin que se relata, sino la reacción sicológica del personaje que es
protagonista o que se enfrenta a estos hechos. Entonces los hechos vienen a ser
el pretexto para que la personalidad, el carácter de ese héroe, o anti héroe,
se ponga de manifiesto. Naturalmente, sin la intervención del autor. Es decir,
el autor se limita o yo me limito a presentar la reacción y describirla, sin
intervenir directamente, para que fuera el lector el que interpretase por qué
reaccionaba de esa manera. Recuerdo que en la introducción del libro, yo decía
que el lector que leyese estos cuentos iba a estar como alguien que se sienta
frente a la puerta de su casa y ve pasar una persona frente a esa puerta; no
sabe de dónde viene, no sabe dónde va; pero mientras pasa a través de la puerta
él tiene la visión fugaz de esa persona. Entonces con cada uno de esos cuentos
está destinado a que esa visión fugaz, ese paso así, raudo, por frente a esa
puerta, tenga los elementos suficientes como para que el lector interprete no sólo
de dónde viene, sino adónde va.
Ese es el propósito, digamos la meta, de esos cuentos, y por eso yo
considero muy acertada su calificación de cuentos sicológicos: Ahora, lo que yo
si rechazo, porque me parece injusto aceptarlo, es que se diga que yo fui el
primero en escribir cuentos de ese tipo, existiendo el precedente de Ángel
Rafael Lamarche.
Letra Grande. Año I. No.3. abril de 1980.
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