miércoles, 9 de julio de 2025

LAS ARISTAS ESTRUCUTURALES DE LA OBRA “EL TIRANO DEL PRADO” (La novela de la historia) de Leonel Martínez / Marcial Báez.



Leer para mí es un asimilar al instante todo el conocimiento que su autor quiere comunicar convirtiéndolo en un acto experimental que me transporta en su proceso estructural en conjunto, en un todo. Al no ser un asiduo amante lector de los libros de historia, ya que suelen estar cargados de citas, nombres de personajes, lugares y datos específicos que, aunque importantes frenan in situ una lectura fluida para ser comprendida al tris; en cambio, leyendo “El tirano del Prado” me resultó más dinámica la lectura plena de elementos creadores, visuales y narrativos que despertaron la imaginación y la comprensión del contexto histórico.

El protagonista, marcado por una doble personalidad, se mueve entre la lógica científica y la pasión humana, incorporando explicaciones inspiradas en principios matemáticos y químicos que sirven como metáforas de tensiones políticas, dilemas morales y dualidades internas. La novela es, en esencia, una exploración profunda del espíritu humano y de la sociedad, contada desde la ciencia, la historia y la filosofía, en un estilo que rinde homenaje a los grandes maestros del pensamiento y la observación narrativa, que le “suministraron la materia prima: José Gabriel García, Emilio Rodriguez Demorizi, Victor Garrido, Ramón Lugo Lovatón, Jean Price Mars, y Frank Moya Pons, entre otros y los que le proveyeron de materia creativa: Honoré de Balzac, con su obra Papá Goriot, León Tolstoi: Guerra y paz, Leopoldo Alas -Clarín-: La Regenta, Victor Hugo: Los miserables, y Stefan Zweig. Fouché, el genio tenebroso.”

La destreza de Leonel Martínez al utilizar aristas estructurales ayuda a dar forma y significado a la historia, definiendo la organización y el impacto de la narración:

Narrativa Psicológica.

En su narrativa psicológica, el enfoque se centra en explorar la vida interior de los personajes, sus pensamientos, emociones, conflictos internos y motivaciones, para comprender la complejidad de la experiencia humana a partir de  mantienen un hilo conductual en cada uno de los personajes en una explicación clara de las diferencias sociales a través del tiempo, cada una de las características de aquellos que han dirigido el destino de las naciones muy especialmente en esta parte del Caribe con sus ínfulas de poder sustentadas en el dinero y a la tosquedad de su falta de preparación para dirigir democráticamente una nación pensando que los ciudadanos son los animales de sus predios. Desnudando el interés mal sano de los que no comulgan con la estabilidad de un país.

“En el escenario de la guerra, el miedo es oscuro cuando es total. El miedo es gris si puede subir a lo oscuro o esclarecer en búsqueda de lo blanco, que es el más bajo nivel del miedo. El miedo es rojo cuando solo se piensa en la muerte El miedo es rosado si se teme perder la vida y dejar la compañera en otros brazos. El miedo es azul al valorar que la gloria terminará compensando la muerte por la patria… (El miedo es amarillo cuando se teme morir en el terreno calcinado por el sol. Cuando el miedo es incoloro nos angustia perecer ahogado o asfixiado El miedo del miedo es el «oscuro oscuro». En él todo el valor está muerto. Cuando un ejército está arropado de miedo «oscuro oscuro», es imposible que gane una batalla”. (Fragmento p.142).

Simbolismo

Leonel Martínez nos sorprende con su destreza en el uso de un objeto como “la mesa” para comunicar de manera sutil y efectiva transformándola en un vehículo para la opinión:

La mesa también calló cuando Toussaint, Dessalines y Boyer, ocuparon las tierras dominicanas. Sobre esta mesa entregó José Núñez de Cáceres las llaves de la ciudad de Santo Domingo, en el año 1822, a las autoridades haitianas. Esta mesa parece destinada a ser testigo del dolor y de la grandeza. Esta mesa es memoria viva de la intolerancia y de la perseverancia Esta mesa da testimonio de la traición y de la dignidad. Esta mesa resume episodios odiosos de entrega y capítulos decorosos de defensa. Sobre esta mesa de recuerdos amargos y dulces, tienen en este momento apoyados sus antebrazos, dieciséis dominicanos, la mitad de los cuales simboliza los sueños, la esperanza y el porvenir; la otra mitad, también representa los sueños, la esperanza y el porvenir; pero con la ayuda internacional de los franceses. (Fragmento p. 104).

Diálogo socrático como recurso narrativo.

Al entrar en su relato ficción-  realidad como lo cita su autor “El tirano del Prado, más que la historia hecha novela, es la novela hecha de la historia”, podemos realizar una lectura más orgánica, existencial preñada de imágenes, enfocándonos hacia citas puntuales de nuestra historia a través de un personaje muleta, en este caso Mangani, como lo hizo Platón en sus Diálogos Socráticos siendo una muestra de su pasión por la lectura de los Clásicos.

-Poco a poco me he ido desengañando con Báez. El hombre a quien yo impuse en el poder, lo usa ahora para formar su propio partido, y para independizarse de mí. ¡Ay los civiles! Está bueno que me pase, por cabezú, porque me lo dijeron: ¡cuidao' con Báez!

Pero que se despreocupe - Santana comenta con Mangani (Fragmento p. 202).

Descripción del entorno al estilo balzaquiano

La destreza del autor se evidencia con claridad en su manejo del estilo balzaquiano al describir el entorno de la novela. Cada espacio —ya sea una habitación, una plaza o un paisaje rural— está cargado de detalles precisos que no solo ambientan, sino que comunican estados de ánimo, tensiones sociales y símbolos ocultos. Como Balzac, el autor convierte el escenario en un personaje más, que revelan tanto de la época como de quienes la habitan.

El elegante salón, sede de la reunión, está recubierto de solemnidad: cortinas exóticas de las más finas telas, resguardan las persianas y las paredes interiores; resaltan sus bordados en terminación de primera; una lámpara negra de estilo medieval cuelga del techo, en ella exhiben su belleza diez vuelos para colocar aromáticas velas en eventos nocturnos; se observa una ménsula rinconera en el lado izquierdo, sobre la que descansan un jarrón de plata, copas y un juego de cafetera de costosa porcelana. Pero lo que le da la verdadera solemnidad al espacio es la mesa central, cuyo tope, patas y dieciséis sillas, son una obra maestra de los mejores talleres de ebanistería del Viejo Continente. (Fragmento p. 103).

Juegos, frases locales y costumbres populares.

El uso de frases locales, juegos tradicionales y lenguajes populares revela el talento del escritor para captar la esencia viva de una época y un lugar. Estos elementos enriquecen la narrativa, aportando color, ritmo y autenticidad cultural conectándonos con la cotidianidad de los personajes, haciendo más creíble y cercana la historia.

“Los chicos en pantalones cortos quieren marotear, comer mangos, tirarle piedras a las ciguas, jugar pisacolá, subirse al caballo de palo, y hasta darse un chapuzón en la playa. Allí unos dibujan muñecos sobre la arena, y otros, quieren recoger uvas y almendras En la noche, los muchachos juegan topitopi y al escondite. (Fragmento p. 174).

-Que pase la señorita, cuidado con la de atrás, que tiene las orejitas, igual que un alcatraz, tra, tra.(p.175).

…”con ell zum-zum de la calavera”. (P.175).

“¡Voy 100 pesos al cola blanca!- vocea a todo pulmón el presidente y gallero Manuel Jimenes-,¡echa!,¡echa!, ¡espeuelas!, ¡matalo!.”(Fragmento p.185).

“¡Me tienen un mieo como el diablo a la cruz!”. (P.186).

Extranjerismos

Así como los extranjerismos dotando de mayor autenticidad la forma de hablar de algunos de los personajes, resaltando la diferencia cultural, haciendo un uso adecuado del mismo sin romper la coherencia del texto.

… Solo descansaba para comer cañe y hacer pipi. El blanque dueñe de la plantación tenía prohibide hacer caca en el cañaveral, porque después venían las ratas y comían la cañe, poquite a poquite. Pero los domingues yo descamzaba y me iba pala fiesta de palos. Me gustaba mu che la música de atabales. Yo… jajaja… touque muy bien esa músiqu. (Fragmento p.131).

La ciencia como metáfora: matemáticas y química.

Con la utilización de fórmulas, reacciones químicas o ecuaciones convirtiéndolas en herramientas literarias Leonel Martinez nos explica impresiones, conflictos sociales o dilemas morales, creando un puente entre la razón y la emoción, mostrando cómo el orden científico puede iluminar las complejidades del alma y la sociedad. 

 que el ambiente político está muy recargado: protestas, fusilamientos, deportaciones y encarcelamientos. Se le ha echado más sal de la cuenta al líquido social y se ha saturado el ambiente. Sabe además que, el agua a 100 grados se evapora y a 0 se vuelve hielo Él teme evaporarse en el olvido, o formarse hielo por la indiferencia. Está buscando un punto intermedio. Ni muy caliente ni muy frío. Para lograr ese estado recurre a una potencia extranjera, pues las cosas se han puesto tan calientes, que no puede garantizar la temperatura que le conviene. (Fragmento p.220).

Tiene la destreza de describir físicamente a un personaje real, combinando datos documentados con recursos narrativos que le dan vida al retrato. No se limita a enumerar rasgos faciales o vestimenta, sino que construye una imagen cargada de intención simbólica y contexto. A través de detalles sutiles proyecta no solo la apariencia del personaje, sino también su carácter, su tiempo y su papel en la historia, permitiéndonos visualizar y sentir al personaje como una presencia viva dentro del relato. 

Pedro Santana es un hombre de tez de media tarde, tirando más a la claridad que a la puesta del sol. De estatura alta como su valor personal. Tiene una notoria fortaleza corporal, parece un soldado espartano. Su pecho es de roble, siempre erguido hasta en momentos de tristeza. En sus brazos refleja la naturaleza del duro trabajo. Basta con verle las manos, en ellas está el testimonio del hato; sus brazos gruesos como troncos de empalizada, muestran los músculos varoniles. La voz de Pedro es extraña, tiene una suavidad pendular, pero su emoción la puede transformar en un trueno que ensordece. Pedro Santana da pasos con firmeza y al caminar resplandece una extraordinaria personalidad. Sin anunciarse, solo con escuchar las pisadas, se puede decir: «ahí viene Santana».

¿Quién pone en duda que Pedro tiene carácter? Nadie. Su cara muestra su alma. No es feo, pero tampoco es bonito. Es una mezcla de oscuridad y lumbre. Su cabeza está bien proporcionada a su estatura. Luce regularmente un corte de pelo humilde, limpio y tradicional. Pedro se viste como piensa: camisas claras, pantalones y zapatos negros. Usa sombrero, sobre todo los domingos cuando va a misa. (Fragmento p.29).

La doble personalidad del protagonista

La doble personalidad del personaje principal —por un lado, hatero, por otro general— enriquece profundamente la estructura de la novela, En contraste, su faceta como general revela rigidez, disciplina y una personalidad moldeada por el poder, las jerarquías y las exigencias del deber. Aquí, su carácter se vuelve estratégico, reservado, incluso conflictivo consigo mismo. Esta dualidad no solo construye un personaje complejo, sino que sirve como metáfora de las contradicciones sociales e históricas que atraviesan el país y la época retratada, convirtiendo al protagonista en un símbolo vivo de las luchas internas entre el deber y el origen, la autoridad y la identidad. 

…“frente a un espejo. Su desfigura lo llena de pánico. Grita, “Ese no soy yooooo”. Su miedo a sí mismo se incrementa. Pedro siente un frío temor por Pedro. Mientras Santana tiembla al presenciar a un reducido General Santana. Y el espanto se hace doble. Es un miedo al miedo. Pedro le corre a Pedro. El General Santana le huye al General Santana. Lo confuso es que el camino es un solo, en el que se juntan los Pedro y los Santana. Increíblemente se multiplican cada minuto los Pedro y los San-tana. Ahora son muchedumbres de sí mismo. Miles de Pedro y miles del General Santana. El efecto visual es terrible. Trata de hablarle a uno de los miles de Pedro, pero su voz igualmente se multiplica en un eco caótico”. (Fragmento p. 309).

Minicuento

Leonel Martínez continúa sorprendiéndonos al mostrarnos sus dotes de narrador breve con un minicuemto remitiéndonos a Frank Kafka, Anton Chejov, Augusto Monterroso pioneros de este género literario para expresar ansiedad a través de imágenes surreales situaciones perturbadoras que reflejan el estado mental del personaje.

A Manuel, mientras habla, la lengua se le va poniendo pesada Apenas la puede mover. Su cuerpo también se va poniendo pesado. Sentado en la silla presidencial se queda profundamente dormido. Pero de pronto, las aguas del río lo arrastran, y por más que intenta cruzar al otro lado, no puede. La fuerza de la corriente lo vence. Un intenso remolino lo sumerge hasta el fondo. Nadie está para tratar de salvarlo, Agua y más agua entra por su boca. Casi moribundo y sin respiración, a punto de ahogarse, el toque dado a la puerta de su despacho lo despierta de la dura pesadilla”. (Fragmento p. 185)

Exaltaciones.

La sensibilidad de Plinio Martínez como ser humano se deja ver con una exaltación a los niños, a las mujeres y al pájaro carpintero símbolos de vida, de pureza, de vulnerabilidad nos transmite sutilmente la importancia de la protección, la educación, la igualdad y la justicia.

“La niñez es surco y semilla, ella va cayendo en la tierra para germinar en el viento del tiempo Los niños son árboles de ramas derechas o torcidas, casi todo lo que le rodea lo hace crecer: el sol, la lluvia, los componentes orgánicos del suelo familiar, el abono de la educación escolar y fundamentalmente, el amor de los padres y los familiares”. (Fragmento p.198).

 

“Cuando los soldados ganan una batalla, ya las mujeres han ganado varias en la morada. Si los hombres decidieran quedarse en la casa y entregar el uniforme a las damas, entenderían entonces, al vivir la guerra del espacio familiar, que no hay soldados de mayor valor que los que luchan en los nidos fraternos. Comprenderían que las verdaderas inmortales son las mujeres de sus hogares”. (Fragmento p.124).

 

“Cuando el viento del bosque es armonioso, el pájaro carpintero inicia sus labores. Ya quisieran los ingenieros tener el dominio de sus instrumentos de edificar como esta ave maneja su pico para hacer el albergue familiar. No importa la dureza de la corteza del árbol, el pico punzante del carpintero da una y otra vez y va perforando la superficie hasta lograr una obra maestra de construcción”. (Fragmento p.196).

 

“El Tirano del Prado”. La novela de la historia de Leonel Martínez que narra acontecimientos heroicos y dolorosos en la lucha por nuestra independencia dominicana, como el fusilamiento de María Trinidad Sánchez, Antonio Duvergé y Francisco del Rosario Sánchez logra articular las diversas aristas estructurales presentándonos una obra pensada para captar la atención de los jóvenes lectores, permitiendo retener una visual histórica clara, haciendo de la misma un referente experimental en la compresión de un texto.

Miércoles 9 de julio de 2025.