PRÓLOGO / Fragmento.
Apolinar Méndez
Con esta obra de poesías
“Canto sobre los rieles” Milqueya,
pues, se sitúa entre el presente y el devenir y es la voz de la y de todos los
que la lea, una voz altiva y circular que transita entre lo proverbial del ser
y el “Demiurgo”.
Me declaro incapaz de
abordar, en este breve espacio, los contenidos expuestos por la autora de esta
maravillosa obra poética, por ser inconmensurables, tantas poesías en la
diversidad. Poesías como hoy, horizontes, cuando, media hora, tu voz, mulata,
canto negro, 1 y 2, más bien deberán ser parte de corales, de peñas y diálogos íntimos.
Goza esta obra de unas líneas de redacción tan variadas, como sencillas y en un
lenguaje inteligible pata toda edad de lectores. Si algunas características
poseen estas poesías, las podemos situar entre la versatilidad y la fascinante
y encantadora lectura, que hacen en ocasiones a quien las lee, un ente
incorporado en las travesías, en las tentaciones y provocaciones en la que nos
enreda Milqueya.
En Canto sobre rieles Milqueya nos permite verla desnuda, sin
maquillaje ni simulaciones, eso sí, con las musas haciendo de su ser un retrato
desde los avatares mismos que la vida ha edificado palmo a palmo, golpe a
golpe. Estas poesías concebidas por Milkeya, las puedo considerar estampas para
ser correspondidas en un momento como el que vivimos, de tantas confusiones, de
perlas insólitas de la esperanza y de perspectivas, desde la familia, la
escuela, el barrio, hasta en el plano cultural. Y son referentes hoy también, porque
no se anda teniendo la valentía de publicar algunos de los contenidos, han
dejado de creer y de soñar porque los engaños desde los gobiernos que hemos
tenido históricamente han sido tan comunes y reiterados, que hemos perdido la para
ser desde nuestro terruño, para configurar sitios donde vernos cada día y dese
entonces continuar la obra que en ocasiones parece detenida, (en esta sociedad
del entretenimiento), para que siga inexorable con nuevos actores tejiendo la
vida.
MILQUEYA PONTIAGUDO
Nació en la ciudad de
Santo Domingo en 1964. Su familia se estableció en el municipio de Haina,
provincia San Cristóbal, donde desarrollo su adolescencia, integrada a grupos
sociales y culturales.
Docente, gestora y
animadora sociocultural, egresada de la carrea de Educación de la Universidad
autónoma de santo domingo (UASD) con especialidad en Educación, Género y
Política de igualdad por dicha academia, y en orientación educativa e
intervención psicopedagógica, en la Universidad de la tercera Edad. Escribió
artículos literarios y poemas en la revista, Imagen de la Cartera. Es activista
de círculos literarios juveniles, derechos humanos de las mujeres, igualdad de género,
y prevención de violencia intrafamiliar.
DE JAINA
De una riera oculta a un ventarrón de esperanzas
donde el viento mueve la alegría del silbato
ofrece
el inicio.
Los
cuerpos
se
contraen
se
arrastran
se
encuentran
se
laceran
renacen
y se levantan
en
dulces recorridos.
Cuánta
música se perdió bajo las travesías del camino
cuánta
ternura quedó atrapada
en
los frenos de la locomotora
cuánto
sudor cargaron los rieles ofendidos
qué
cantidad de color se esfumo por las chimeneas
qué
cantidad de piel se trituró en los molinos
cuanta
esperanza se escondió en el azúcar
qué
cantidad de dolor cortó el machete
cuántos
puentes cruzaron las naos extendidas
qué
cantidad de risos cargaron los vagones.
Cuántos
silencios se ahogaron en el melao
cuántas
lagrimas se mezclaron en la melaza
cuantas
despedidas se sembraron en el cañaveral
qué
cantidad de miradas se perdió en el bagazo
cuanta
alegría se embarcó desde los almacenes
cuantos
amores se perdieron al terminar la zafra.
¿Cuál
fue el diseño del bagazo?
¿Cuántas
vías se ensacaron?
O
solo… fueron al mar.
EL VERSO
Se
me ha perdido un verso
puede
estar debajo de unos párpados
o
tal vez, escondido en la concha de un caracol
en
la playa nocturna de los sueños.
Lo
perdí, no sé donde
Siento
como la alegría
se
presenta lejana en su ausencia.
Busco,
busco, no lo encuentro.
ese
verso perdido, tal recuerdo,
lo
deposite en cinco ramas de futuro en amor,
y
olvide, el hoy.
En
este momento, lo busco
sobre
la almohada, en el rocío
entre
mis uñas, al lado del fastidio
en
el álbum del recuerdo
y
en mis labios.
Siento
la desesperanza de la incertidumbre
¡Ooooh
de aquel verso, cómo lo extraño!
Hoy,
lo he buscado en un desierto de besos,
en
otros labios, busque los desencuentros,
en
los encuentros, y no lo vi.
Aquel
verso, tan sólido, tan amado, tan mío.
Quizás
deba casarme, subir a una nube,
olvidarlo,
irme. No puedo.
Ese
mi verso perdido, camuflado, escondido,
incasablemente
iré a buscarlo,
en
otros versos.
SOLO ESO.
Necesito
corroer tus pensamientos
en
el manantial de vida.
Esconder
el murmullo de la sonrisa
en
la plata de tu pelo.
Dilatar
un beso en la palma de tu mano
Solo
eso.
Deslizar
la mirada en el olor de tus caricias,
minimizar
el miedo de mis pasos a tu lado
solo
eso.
Suspender
la tristeza en la sonrisa de tu odio
estar
en complicidad con la lluvia,
en
la agonía de la espera
solo
eso.
Simplificar
lo absurdo, en el juego de tu mirada,
Congelar
la picardía de mi boca, a tus pies
Solo
eso.
Ahogar
la ansiedad de tus párpados, bajo mis labios
saborear
cada gota de tu historia
solo
eso.
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