Esta conferencia tiene como objetivo dar una panorámica sobre el proceso del tráfico de esclavos en las Antillas Mayores y como éste ayudó a la configuración de las nacientes culturas en el Caribe.

Inquietudes
Por Rafael Puello.
¿5oo años de qué?
Nuestro país se presta a celebrar el V Centenario del “Descubrimiento”, para lo cual tiene un extenso programa de actividades que van desde eventos científicos, actos litúrgicos, presentaciones artísticas y artesanales entre otros.
Estos actos conmemorativos tienen asidero en el pensamiento de los sectores menos sensibles ante la problemática social que vive la Repblica Dominicana, y que tiene como finalidad la distorsión y aberración de la historia de nuestra llamada República.
Muchos países e investigadores han visto lo impertinente de la celebración del V centenario, por cuanto el mismo no evidencia, ni replantea una discusión, una reflexión en relación a estos 500 años de injusticia y de exterminio de contingentes humanos y de la total desaparición de sus culturas ancestrales.
Creemos que este evento lo que manifiesta son las debilidades de nuestras instituciones, conformadas a partir de la herencia colonial recibida de España y de las sucesivas interacciones desiguales con los países hegemónicos.
Somos de los que creemos que nuestros pensadores, y me atrevo a decir (hipótesis) que nuestro pensamiento es ajeno, se sustrae a la realidad en que vivimos como resultado de la manera compulsiva en que hacemos y aceptamos las cosas.
A veces queremos ser gigantes y de repente nos volvemos enanos. A veces somos hombre y nos convertimos en niños. Decimos que somos incorruptibles y enseguida somos corruptos.
¿Por qué entonces más que celebrar quinientos años no nos adentramos a reflexionar sobre ello y sacar la lección más pertinente sobre los procesos acaecidos durante este periodo?
Nosotros no somos españoles, ni tenemos que defender ni justificar la hispanidad. Esta bien que hablemos el español, que heredamos la religión católica (y de que manera), los ayuntamientos, los ojos azules, el pelo lacio, etc.
Nosotros tampoco somos africanos. Está bien que haya pelo crespo, gluteos bien desarrollados, luases africanos, etc.
Pero mucho menos, somos “Indios” (aborígenes), todos sabemos que los exterminaron los colonizadores españoles. De ellos sólo nos quedan algunas palabras, objetos y los petroglifos y pictografías, entre otros remanentes culturales.
Somos un pueblo conformado a partir de la herencia africana, española principalmente, con una población de mulatos (resultado de la mezcla de africanos y españoles) dominante, produciendo una cultura nueva a partir de los elementos africanos y españoles y con pocos elementos de la cultura taína.
De qué sirven estos quinientos años si no empezamos a considerarlo lo poco que nos queda de nuestra cultura aborigen: el arte rupestre (dibujos en las cuevas), los petroglifos, recuperación de los objetos taínos en manos de particulares, las palabras, los mitos y leyendas taínos, etc.
Quinientos años celebrados a la manera oficial es una injusticia, por cuanto justifica la desaparición de más de 100 mil lamas, cuyos espíritus deambulan clamando justicia en estos momentos de celebración.
Estos espíritus sólo quieren una cosa, que preserven las cuevas con sus pinturas para que la futura generación y la de hoy en día sepan que vivieron seres humanos con alma y espíritu y que hoy en día unos desalmados quieren destruir sus centros ceremoniales.
Quinientos años para qué, si no vamos a enmendar errores: quinientos años para qué, sino para justificar las mismas injustitas sociales que día a día se repiten.
En defensa de nuestro patrimonio
Por Rafael Puello
¿Cuándo empezaremos a pensar como gigante y no como enano?, es una interrogante que nos hacemos, a propósito de las inquietudes que plantearemos a las autoridades edilicias, a las instituciones encargadas de preservar el patrimonio cultural y a ti pueblo como responsable de velar para que estas cumplan con sus deberes.
En los últimos meses se han desatado algunas controversias en cuanto a la apropiación y peligro de destrucción de dos importantes “patrimonio del pueblo” de San Cristóbal: La Toma y las Cuevas de Borbón.
Estos componentes con alto valor cultural y en donde en décadas anteriores disfrutaba gran parte de la población, hoy en día corren el riesgo del usufructo personal (La Toma) y destrucción (Las cuevas de Borbón).
Las escenas que se presentan en relación a la Toma y la actitud del honorable ayuntamiento a dado al traste con la decisión mas inteligente de dicho organismo; pues han enmendados errores anteriores, basado en la violación de los reglamentos internos en reacción a os contratos de arrendamiento.
Este precedente (si se mantiene coherencia) marcaría un hito en la historia edilicia de San Cristóbal, que por primera vez la Sala Capitular en consenso se ponen de acuerdo para defender un patrimonio, no sólo de San Cristóbal, sino del país.
En ese mismo orden ¿Por qué no defender las Cuevas de Borbón y demás patrimonios del pueblo que están en peligro de desaparecer por forma indiscriminada en que explotan las minas en las zonas de dichas cuevas? O, ¿Es que a caso el estado no le interesa preservar los recursos naturales y los patrimonios culturales?
Estas cuevas o complejos de cuevas están consideradas como las más importantes en las Antillas, Centro América y gran parte de Suramérica.
Estos deben conservar sus bosques como manera de mantener los cursos de aguas subterráneas que alimentan los manantiales de las zonas bajas y la corriente de aguas superficiales que bajan al río Nigua.
Las Cuevas de Borbón o Cuevas del Pomier en su interior contienen unas series de pictografías (dibujos que hacían nuestros aborígenes antes del llamado “descubrimiento”) y petroglifos (dibujos talados en piedras) que explican en parte la cosmovisión de nuestros antiguos pobladores.
Defender estas cuevas significa defender nuestra soberanía, nuestra historia (que no se inicia con Colón y el “descubrimiento”) sino con nuestro aborigen. O es que acaso ésta, nuestra generación pretendía destruir lo poco que queda de nuestra etnohistoria (historia de os pueblos) que no tienen escritura).
Pienso, y es mi inquietud, que aunque existen instituciones que velan por la defensa y cuidado de estos complejos de cuevas ( Museo del Hombre Dominicano, Espeleogrupo de Santo Domingo, CODENASC, Club MaMá Tingo del Pomier, Personalidades, etc.) que el Ayuntamiento debe de tomar parte y defender este importante patrimonio cultural de América y del mundo ( Austria, Australia, Cuba, México, Alemania, EE.UU., Holanda, entre otros) han manifestado su preocupación por la situación en que se encuentran estos complejos de las Cuevas de Borbón.
No podemos seguir permitiendo que un legado cultural como éste, de tanta importancia, siga corriendo el riesgo de desaparecer, es preciso que nos integremos a defender este patrimonio cultural y ponerlo al servicio del pueblo dominicano y otros países del mundo.
Si en verdad queremos ser gigantes, comencemos primero defendiendo lo que es de todos.