El contrato firmado en
1952 entre el Estado dominicano y la Compañía de Jesús, que declaraba la
creación del Instituto Politécnico Loyola, hacía constar que su director
"será siempre un padre de la Compañía de Jesús”.
Desde entonces a la
fecha han desempeñado esta altísima responsabilidad catorce jesuitas que, en su
vocación de servicio, han dado lo mejor de sí para la formación de muchas
generaciones de jóvenes. El sello ignaciano de la educación que imparten a los
estudiantes los distingue y les inculca la disposición de trabajar por el bien
de los demás.
Además de los que han
dirigido la Institución, numerosos miembros de la Compañía han dejado, y dejan,
su impronta en diferentes áreas del centro educativo, como docentes, directores
de pastoral o investigadores, para continuar la tradición de la Orden en la
atención de colegios y universidades en todo el mundo.