sábado, 19 de octubre de 2024

DE MI BIBLIOTECA: JEAN JAQUES ROSSEAU/ Marcial Báez.



JEAN JAQUES ROSSEAU.

Jean-Jacques Rousseau (también conocido por la castellanización de su nombre como Juan Jacobo Rousseau) ​ (Ginebra, 28 de junio de 1712-Ermenonville, 2 de julio de 1778) fue un polímata suizo francófono. Fue a la vez escritorpedagogofilósofomúsicobotánico y naturalista, y aunque fue definido como ilustrado, presentó profundas contradicciones que lo separaron de los principales representantes de la Ilustración, ganándose, por ejemplo, la feroz inquina de Voltaire y siendo considerado uno de los primeros escritores del prerromanticismo.

Sus ideas imprimieron un giro copernicano a la pedagogía centrándola en la evolución natural del niño y en materias directas y prácticas, y sus ideas políticas influyeron en gran medida en la Revolución francesa y en el desarrollo de las teorías republicanas. (Wikipedia).



864. LAS CONFESIONES. Los Clásicos. W. M. Jackson, INC.  Estudio Preliminar: Jorge Zalamea. Traducción: Rafael Urbano7ma. Edición 1974. 604 págs.

Jean-Jacques Rousseau puso en Las confesiones los cimientos de la moderna autobiografía. Las confesiones van más allá de unas simples memorias al convertir Rousseau al lector en «juez» de los hechos de su vida. Expone su testimonio sobre los elementos biográficos de un hombre que quiere desnudar su alma y su existencia hasta tal punto que está seguro de que no tendrá nunca imitadores. En Las confesiones, Rousseau vive y revive su etapa de ilusiones infantiles y su adolescencia ambulante, en la que el amor de una mujer enciende en el joven un fuego cuyo rescoldo alienta todavía en la vejez, como queda reflejado en Las ensoñaciones del paseante solitario, obra también publicada en Alianza Editorial. Sin embargo, no es el registro intimista o sentimental el único que tiene cabida en esta amenísima obra. Empleando como trama la lucha que sostuvo contra el destino, al aceptar las acusaciones vertidas contra su ser por considerarlas otras tantas virtudes que habían de conducirle a la gloria y volverse contra sus acusadores, Las confesiones constituye un vívido retrato de una sociedad que no sólo abrumó al niño inocente de la primera parte, sino que siguió haciendo lo propio con el hombre maduro de la segunda. Un hombre que fue perseguido de forma infatigable por todos, incluidos sus propios amigos de juventud, como Diderot, Grimm o Voltaire, que no ahorraron encarnizamientos contra su persona. (Casa del Libro).

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