domingo, 29 de septiembre de 2024

DE MI BIBLIOTECA: PRÓSPERO MORALES PRADILLA / Marcial Báez.

 


PROSPERO MORALES PRADILLA

Próspero Morales Pradilla (Tunja, 1920 — Bogotá, 1.º de septiembre de 1990) fue un escritor, periodista y diplomático colombiano. Fue autor de la novela histórica Los pecados de Inés de Hinojosa, llevada a la televisión en 1988.En los años 1940 trabajó en los diarios El Tiempo y El Espectador. También colaboró con la revista Estampa y la emisora HJCK.

Fue diplomático en América, Europa, la Unión Soviética y Australia.

Se casó con la barranquillera Lolita Riveira y en 1955 nació su hijo, también escritor, Antonio Morales Riveira. (Wikipedia).



224. LOS PECADOS DE INES DE HINOJOSA. Plaza and Janes editores. 1989. 588 págs.

 

“Los pecados de Inés de Hinojosa” es una novela histórica y erótica del escritor colombiano Próspero Morales Pradilla. La acción se ambienta en las poblaciones de Carora, Pamplona y Tunja, en el Nuevo Reino de Granada en los años 1565 – 1570, actuales territorios de Venezuela, Santander y Boyacá. Pradilla nos sumerge en la época de expansión del Imperio Español en el continente americano, un entorno de post-conquista en donde se configura la administración política, se realiza la conversión religiosa de las poblaciones locales y se ensalza la pureza de la sangre peninsular. Un reordenamiento del caos producido por las matanzas de viruelas y de guerras que diezmaron a las poblaciones originales, por la llegada de los “viracochas” con la cruz y el quijote, por la creación de un nuevo mundo que deje atrás la “idolatraría”, la barbarie y el canibalismo: la América Española. Esta hermosa región de la fantasía histórica permite la convivencia de encomenderos, obispos, canónigos, señoras de alcurnia, indias e indios, vividores, negros, curas y frailes; y ofrece el marco perfecto para una novela histórica de las pequeñas cosas, de la convivencia diaria, de la superstición, del escamoteo, de los hábitos y costumbres que demuestran que “la conquista” fue mucho más que un proceso monolítico de “saqueo” o una “invasión”, más bien, fue un territorio complejo de negociación y transformación, en donde el desenfado y la lubricidad dictaban los actos, mientras las conciencias se lavaban en las iglesias. (Flacso).

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