martes, 17 de septiembre de 2024

DE MI BIBLIOTECA: AZORĺN (José Martínez Ruíz) / Marcial Báez

 


AZORĺN (José Martínez Ruíz)

(Monóvar, Alicante, 1873 - Madrid, 1967) Escritor español adscrito a la Generación del 98. Sus inicios estuvieron muy marcados por una sensibilidad de carácter anarquista, y sus primeros títulos respondían a esa ideología: es el caso de Notas sociales (1896) y Pecuchet demagogo (1898). Durante esos años viajó intensamente por tierras de la meseta castellana, con el propósito de conocer tanto su paisaje como la situación social de sus gentes, que entonces era de extrema miseria. Compartió, junto a  Ramiro de Maeztu y Pío Baroja, una viva admiración por la obra de Nietzsche, así como por las doctrinas de carácter revolucionario. (Biografías y Vidas).



EL POLĺTICO. Espasa Calpe, S.A Colección Austral. 4ta edición. 158 páginas. 1980. Madrid España.

El Político, obra en la que Azorín cifra la teoría política de la pequeña filosofía, presenta una gran coherencia entre los ideales político-morales que propugna y los valores estilísticos desde los que se configura. Ética y estética discurren en el texto en indisoluble unidad, en lo que es una clara recuperación de un clasicismo que se despliega hacia adelante como decidido retorno a los ideales pre-ilustrados propios de la tradición velada. Y tienen un mismo carácter normativo porque ambas ética y estética hunden sus raíces en una misma comprensión de la verdad que no puede ser separada del bien y de la belleza. Azorín desvela el sentido moderno de una retórica antigua, y ofrece una comprensión del arte que informa un estilo de vida. La figura del político que se levanta en el texto se confunde con la del escritor y con la del artista, y los consejos prácticos dirigidos a la educación del político encuentran traducción inmediata en una correspondiente educación estética y en una igualmente correspondiente educación práctica para la vida cotidiana.



EL ESCRITOR. Espasa Calpe, S.A. Colección Austral. 8va Edición. 150 páginas. 1981. Madrid, España.

Aparentemente con esta novela Azorín, en el año 1941, cerraba un período de relativo silencio o de cierta desaparición de la escena literaria. No es casual entonces que el protagonista de la misma, Antonio Quiroga, sea un escritor que, además, como en el caso del autor, es un monstruo sagrado de la literatura española, o la viva imagen de un pasado glorioso, o el cuerpo con la cabeza que las nuevas generaciones van a querer cortar. El parricidio es uno de los temas del libro, realizado en el comienzo desde el lugar de la «víctima». Para Quiroga, cierto ambiente parricida es en cierto modo una derivación de una relación mayor: la relación que existe entre las cosas que lo rodean y la fuerza de la que dispone para mediar entre él y esas cosas. ¿Por qué escribir cuando se ha tenido una vida exitosa al respecto?, parece preguntarse el protagonista. ¿Por qué seguir escribiendo cuando el mundo persiste, y persiste y persiste? Esto lleva a relfexiones preciosas sobre el arte de la escritura, sobre aspectos técnicos o emocionales resueltos con una prosa brillante. Pero el hilo del relato se tensa (si es que puede usarse ese término para un libro que fluye con la naturalidad de un diario de apuntes) al aparecer Luis Dávila, algo así como una joven promesa de la literatura española. Entre Quiroga y Dávila habrá a partir de entonces una relación que ejemplifica todo el proceso que va de la admiración, pasando por el parricidio, hasta llegar al pacto.

No es sin embargo la puesta en escena de ese conflicto lo más intereresante de este libro, sino la simple yuxtaposición de la vida de dos escritores, ese espacio que se forma en el medio, esa cosa no expresada sobre la incertidumbre del diario vivir del escritor y que los envuelve a ambos y los hace respirar el mismo aire, más allá de la diferencia de edad. Son dos hombres que escriben. (Club de Catadores).


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